“Yo me voy, ustedes hagan lo que quieran”. Esa fue la frase con la que el intendente de Mar del Plata, Carlos Fernando Arroyo (Cambiemos), procedió a retirarse del acto que la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, encabezó en esa ciudad para inaugurar playas equipadas. Sucede que, tanto el jefe comunal como referentes del radicalismo local, fueron colocados detrás de las vallas por la organización oficial –a cargo de la Provincia-, mientras que el único que compartió escena con la mandataria fue su dirigente predilecto desde hace meses para competir en la arena marplatense en 2019: el diputado nacional Guillermo Montenegro.
El visible fastidio de Arroyo se replicó en la concejal de la UCR Vilma Baragiola –con aspiraciones a la Intendencia-, quien optó por el mismo camino de salida mientras se demoraba el inicio de la actividad en la playa ubicada frente al Museo MAR, pautada inicialmente para las 10.30.
Otro que se fue anticipadamente fue el jefe de bloque de Cambiemos en la Cámara baja provincial, Maximiliano Abad, aunque, según pudo saber este medio, la retirada anticipada de este diputado –también con deseos manifiestos de comandar el municipio- se debió a que tenía otra actividad en el distrito de Lobería, donde se estipula a su vez el desembarco de la gobernadora. Además de Arroyo y los radicales que piden pista en la interna marplatense de Cambiemos, el diputado lilito Guillermo Castello fue otro que quedó detrás de las vallas, excluido del protagonismo que Vidal sólo concedió a Montenegro.
Esta situación hizo reflotar la tensión de larga data que se advierte en este distrito determinante del interior bonaerense y en el que la mandataria siempre posó especial atención. La relación entre Vidal y Arroyo está cortada hace tiempo. Durante el pasado año electoral, la gobernadora excluyó al intendente de todas y cada una de sus múltiples desembarcos a la ciudad en plena campaña. La gobernadora había exhibido cierto grado de apertura de juego hacia otros aspirantes a la Intendencia –fotos grupales mediante-, aunque siempre con Montenegro a su derecha.
Pero en esta oportunidad fue por más. Directamente dejó detrás de escena a todos los posibles contendientes del diputado nacional que, según detallan voces de la interna local, aún posee números bajos en las encuestas.