Organizaciones sociales, políticas, de derechos humanos, de izquierda y gremiales marcharon este viernes hasta el Congreso para rechazar la Cumbre de Líderes del G20, en medio de una fuerte custodia de las fuerzas de seguridad que acompañaron la movilización por la zona restringida del centro porteño.
La Ciudad está prácticamente vallada ante el paso de los líderes mundiales con motivo del G20. El operativo de seguridad, a diferencia del superclásico, no falló. La movilización que se inició pasadas las 15, se desarrolló sin incidentes.
Para el operativo, se emplearon las cuatro tanquetas blindadas Dongfen donadas por el gobierno chino, con capacidad para seis personas por móvil, con siete toneladas de peso y una velocidad de 120 kilómetros por hora con motor V6, así como móviles BDX de origen belga, con motor V8 y sistema anti-barricada.
En la esquina de Avenida de Mayo y 9 de Julio un reducido grupo de manifestantes prendió fuego a una bandera de Estados Unidos y una caja que representaba un producto de la empresa Mc Donalds.
La bandera Estadounidense en llamas sobre la 9 de Julio
“Denunciamos la sumisión del gobierno de Mauricio Macri a las políticas que impulsa el G20, como el acuerdo con el FMI que nos condena a una deuda ilegítima e impagable y al ajuste eterno. Implica salarios y jubilaciones a la baja. Flexibilidad laboral y liquidación del sistema previsional. Mayor desocupación, la falta de paritarias y persecución gremial. Y la profundización de la entrega de nuestro territorio, recursos y bienes comunes. Por eso rechazamos el Acuerdo y repudiamos el pago de la deuda”, leyó Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo, línea fundadora.
Los asistentes se concentraron en 9 de Julio y San Juan, y desde allí las columnas avanzaron hasta Avenida de Mayo, donde doblaron y siguieron hasta el Parlamento.
Hubo presencia de encapuchados que llamó la atención de los organizadores de la marcha. Por ello, 200 metros antes de llegar a las vallas donde Perfectura Naval custodiaba la columna se detuvo para evitar que esas personas se infiltraran entre los manifestantes.
El Gobierno había pedido a las organizaciones sociales que la movilización sea “sin caras tapadas ni elementos que tengan por objeto la violencia”. Para la marcha se destinaron más de 2 mil policías.