NUEVA ERA CON BRASIL

Preocupado, Macri teme por el impacto del efecto Bolsonaro en el G20

El Presidente espera cerrar en la cumbre de noviembre el acuerdo con Europa, pero hay dudas por la ola brasileña. El ruidoso debut del extremista en Chile y las dudas por su presencia en la cumbre.

A diferencia de la primera vuelta presidencial en Brasil, la victoria del capitán de ejército y ultraderechista Jair Bolsonaro en el ballotage de este domingo no tomó por sorpresa a la Casa Rosada. Pero obligó al entorno de Mauricio Macri a redoblar los recaudos diplomáticos con Brasilia hasta que el mandatario electo asuma el control oficial del mayor socio del Mercosur, el 31 de diciembre. Sin embargo, esa cuenta regresiva de poco más de dos meses encierra un interrogante mucho más inmediato, vinculado con la cumbre del G20, cuya reunión de mandatarios está prevista entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre en Buenos Aires.

 

“No sabemos si Michel Temer vendrá sólo o si llegará a la cumbre con Bolsonaro. Por lo pronto ya sabemos que la primera visita del presidente electo no será a Buenos Aires, sino a Santiago de Chile”, explicó a Letra P una fuente del Palacio San Martín, que buscó bajarle el tono a las declaraciones de Paulo Guedes, futuro ministro de Hacienda de Bolsonaro, que este domingo disparó las primeras opiniones sobre el derrotero del rol que podría tomar el gigante amazónico en la región y también como mayor socio del Mercosur a partir del 1 de enero de 2019.

 

“La visita a Santiago será como presidente electo. Es cierto que sus antecesores, aún antes de asumir, primero visitaron la Argentina que otros vecinos. Pero en este caso, la centralidad la tiene la cumbre del G20, donde posiblemente venga”, apuntó el diplomático consultado.

 

 

 

URGENCIA COMERCIAL. Hasta que Macri reciba la confirmación sobre los movimientos que realizará el presidente electo de Brasil con Argentina, en la Cancillería desensillarán los discursos hasta que aclare el escenario. “Será 'wait and see', porque sería un error hacer otra cosa”, agregó un embajador de carrera, que apeló al inglés para confirmar que el Palacio San Martín aplicará la estrategia de “esperar y ver”, para saber realmente cuál será la política concreta de Brasil cuando Temer deje su despacho en el Planalto.

 

 

 

Bajo el manto diplomático de la espera cautelosa, existen otras urgencias comerciales en el entorno presidencial, que están precisamente concentradas en el G20 y que podría derivar en acuerdos para flexibilizar las normas de convivencia comercial del Mercosur. “Nosotros seguimos pensando que éste es el momento para que Brasil y Argentina promuevan un acuerdo del Mercosur con la Unión Europea. Y por fuera de las declaraciones de Guedes, Brasil afrontaría un golpe a su credibilidad si desconoce las cláusulas del Mercosur para negociar en bloque”, contestó un observador diplomático con oficina dentro de la Casa Rosada, que remató: “Brasil no tiene un sector industrial como la Argentina y hay que ver realmente qué dicen esos industriales sobre las cosas que está diciendo Bolsonaro, aunque no perdemos de vista que si el presidente electo cumple un 20% de lo que está diciendo, los problemas serán otros, y mucho peores, porque es la primera vez que un socio del Mercosur lanza amenazas bélicas contra vecinos del continente. Por momentos pareciera que estuviéramos analizando un monstruo, pero por ahora son sólo discursos”, esquivó el funcionario.

 

 

 

CAUTELA DE FAURIE. Mientras esas incógnitas evolucionan en silencio dentro del Gobierno, el encargado de confirmar el “wait and see” fue el canciller Jorge Faurie, durante el diálogo que mantuvo con los periodistas acreditados en Casa Rosada. “Uno de los hechos importantes es que dejemos ahora que los ministros designados los vayamos conociendo por sus decisiones fuera de la campaña”, cintureó el Canciller, que luego relativizó la virulencia de Guedes, que consideró al Mercosur como un bloque ideológico.

 

 

 

“No fueron esas las declaraciones del ministro Guedes. Dijo que debían alejarse de los procesos de integración que tengan un proceso de alta ideologización. Y en el punto de Argentina en estos tres años hemos procurado que todos los procesos de integración cumplan con las objetivos para las que fueron formados, la integración física, energética y comercial, y no dejar que esos mecanismos queden solamente connotados por los discursos”, contestó el titular del Palacio San Martín.

 

“No voy a especular yo sobre lo que dijo un ministro designado. Hay un tiempo para que dejemos que cada uno de ellos vaya formulando sus líneas de trabajo y nosotros acompañar e interactuar”, completó el funcionario, bien concentrado en desensillar hasta que aclare y con la mayor incógnita de su administración en la posible llegada de Bolsonaro a Buenos Aires como protagonista de la primera versión sudamericana del G20, donde la administración de Cambiemos busca cerrar acuerdos comerciales, "antes de que el mundo termine de cerrarse y sea demasiado tarde", insistieron en Balcarce 50. 

 

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