Un rumor sacude al peronismo pampeano. Entre los principales actores de la vida institucional de la provincia circula la versión de que el gobernador, Carlos Verna, espera los resultados del tratamiento que comenzará a principios de noviembre para definir si compite por otro mandato o si abre el camino al recambio generacional que iba a darse en 2023. En el medio, todas las líneas internas del justicialismo trabajan para influir en la negociación.
El diálogo con intendentes y análisis de encuestas, sumado a una posible bendición de Verna, son las variables del peronismo mientras el conductor político de la provincia no comunique, como se especula, un cambio de postura con respecto al anuncio en el que se bajó de la candidatura por la reelección. Ante tal escenario, los jefes distritales volverán a reunirse para avanzar en la negociación que los posicione en esa competencia.
ENCUESTAS. Los números que manejan en el sector de Rubén Marín, hoy al mando del PJ, demuestran que no existe un candidato con el nivel de aceptación como el de Verna. Por eso, la línea oficial tiene como una de las alternativas al diputado nacional Sergio Ziliotto, al senador Daniel Lovera y a integrantes del gabinete, como contó Letra P. Del lado de Marín mantienen al vicegobernador, Mariano Fernández, como principal figura para competir, al igual que el legislador provincial Espartaco Marín, el vocero pampeano en los encuentros patagónicos opositores a Cambiemos.
Lovera, de ascendencia en el sindicalismo, fue el que incentivó la teoría de una reelección de Verna tras lanzar su espacio “La Pampa en diálogo”, en la ciudad petrolera de 25 de mayo, al límite con Río Negro. “No creo que hoy podamos decir que su candidatura está declinada”, le dijo a El Diario de La Pampa. Y envió un mensaje al partido: “Quizá se vea demasiada gente ansiosa por algunas aspiraciones personales, pero hay que recordarles a todos que el próximo gobernador no asume por decreto”.
INTENDENTES. El temor, ante un escenario de indefinición, es que se repita la interna del 2015 cuando se enfrentaron Verna y su antecesor, Oscar Mario Jorge, que motorizó a Fabián Bruna para la gobernación. En aquel tiempo, la división justicialista abrió una grieta que no pudo cerrarse. Si las diferencias se definieran en una elección, el riesgo -destacan diferentes actores del peronismo- es que la pelea se traslade a los municipios y se pongan en juego distritos de histórica pertenencia al PJ. Por eso la aparición de lo intendentes que trabajan por la unidad y mejorar el rendimiento electoral de 2017, cuando Ariel Rauschenberger encabezó la lista peronista y, por su poca popularidad, el justicialismo apenas ganó por 76 votos.
Así los peronistas con responsabilidad de gestión comenzaron a reunirse después del anuncio de Verna. Tras una serie de encuentros, resolvieron participar en la decisión final de la fórmula que gane, esta vez, sin la participación de los grandes líderes que tuvo y tiene la provincia. Ya sin Marín padre, Verna (por ahora) o Jorge, los intendentes buscarán dar un paso fundamental en lo que puede ser el recambio generacional anticipado.
Su proyecto es ser partícipes del frente con “todos adentro”. Aunque -según constató Letra P- ven difícil que pueda llegar a ser uno de su sector, esperan que un intendente entre en el armado por su poder territorial. O al menos puedan influir en la fórmula que buscará retener La Pampa para el PJ. El que manifestó el deseo de jugar por un cargo importante fue el de Toay, Ariel Rojas.
La renovación, que iba a darse en cuatro años, se adelantaría sin el anuncio de la continuidad. Y entre los mandatarios locales saben que no hay muchos actores que midan como el gobernador, pero también es real que nadie trabajó pensando en un proyecto ante la natural reelección de Verna. Otro de los factores es que el nuevo escenario modificaría la estructura en la Legislatura provincial, por la necesidad de un frente con varios sectores. Este proceso cambiará -resaltan- 30 años peronistas conducidos por Marín, Jorge y Verna. Si no hay reelección, no habrá un gobernador fuerte y se exigirá mayor diálogo en el Parlamento pampeano.
REUNIÓN. Una comisión de siete intendentes, de diálogo directo con el gobernador, se volverá a juntar este jueves previo a lo que se espera como el inicio del tratamiento médico en noviembre.
