Diego Valenzuela

“Somos una nueva generación de intendentes de más gestión y menos sanata”

Periodista e historiador, el jefe comunal de Tres de Febrero es uno de los dirigentes PRO que le ganó al PJ en el conurbano. Macri rió cuando supo que quería ser candidato y CFK recomendó sus libros.

Un mural de Martín Ron, un artista urbano argentino, ocupa la pared principal del despacho. Enredados entre colores se pueden ver pintados los rostros y abrazos de una familia tipo. El espacio se completa con el mobiliario básico y una amplia vista al playón municipal. “Le cambiamos algunas cosas” dice, y sonríe el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. El contraste con la fisonomía que casi dos años atrás presentaba la misma oficina es impactante. “Cuando llegamos la ventanas estaba tapadas y el lugar era oscuro y poblado de fotos, banderas, estatuas, y hasta una caja fuerte” relata.

 

-Pese a esas diferencias, y en contraste con otras transiciones, el pase de mando con el ex intendente, Hugo Curto, fue muy civilizado.

 

-Sí, fue armónico.

 

Valenzuela se detiene un momento, y recuerda ese proceso. “El resultado de la elección para ellos fue una sorpresa, no pensaban perder, nunca habían bajado de los 40 puntos y sacaron 30. No fue un tema de boletas, porque acá la elección nacional fue bastante competitiva, sino que la gente vio que las cosas no andaban bien y que había una alternativa, porque ellos gobernaron 24 años. A partir de esa sorpresa que empezó en la PASO, porque salió casi empatada, 32 a 30 perdiendo nosotros por dos puntos, ahí el vecino se dio cuenta que no era invencible. Y en la elección ganamos 43,5 a 30. Empezó entonces un proceso de diálogo. Yo lo llamé (a Curto), él me recibió, conversamos, le pregunté cosas de la gestión, le pedí colaboración con mis equipos técnicos y de gobierno y ahí se hizo una transición relativamente razonable. No nos dijeron todas las cosas, solo algunas, como para arrancar".

 

El ex periodista de TN y Canal 13 es parte de una novedad en el conurbano, la llegada del macrismo al control de importantes municipios. “Hay una nueva generación de intendentes que atraviesan todos los partidos políticos y las edades”, explica. “Antes los intendentes eran mucha charla, mucho aparato, mucha sanata, la idea del barón tradicional –sigue. Todavía hay algunos, que en vez de dialogar apuestan al fanatismo”.

 

BIO. Periodista, historiador, escritor y docente argentino. Publicó los libros: “Belgrano, la revolución de las Ideas” (2013);  ”Sarmiento periodista, el caudillo de la pluma” (2012); “Enigmas de la historia argentina” (2010); “La resurrección – Historia de la poscrisis argentina” (2007). En 2011 fue designado subsecretario de AMBA del Gobierno de la Ciudad y a partir de allí inició su carrera política en el PRO peronismo. En 2015 fue electo intendente de Tres de Febrero, destronando al justicialista Hugo Curto, que gobernó esa comuna durante 24 años consecutivos. 

 

-¿Y ahora como es su vínculo con el peronismo local?

 

-Es un vínculo de diálogo, en general con todos los partidos opositores. En el Concejo Deliberante no tenemos mayoría así que hay que trabajar sobre consensos. En la elección anterior y en esta (Valenzuela ganó las PASO), se mostró que el peronismo no es el dueño de las bases populares, que puede haber una persona que tenga en su living la foto de Perón y Evita y que vote a Cambiemos, a Jorge Macri (Vicente López), a Ramiro Tagliaferro (Morón), a Nicolás Ducoté (Pilar). Hay personas que empiezan a ver en nosotros intendentes, a dirigentes preocupados por su calidad de vida, y entonces se liberan y nos acompañan.

 

-La elección de 2015 dio de baja a varios barones del conurbano, y mostró la irrupción de una nueva liga de intendentes PRO.

 

-Hay una nueva generación de intendentes que atraviesan todos los partidos políticos y las edades. Antes los intendentes eran mucha charla, mucho aparato, mucha sanata, la idea del barón tradicional. Y todavía hay algunos, como Julio Pereyra en Florencio Varela, o Jorge Ferraresi en Avellaneda, pero después hay personas más de gestión, como Luis Andreotti de San Fernando o Patricio Mussi de Berazategui, o Fernando Gray de Echeverría. Que no están solamente en Cambiemos, son jefes comunales de gestión que están más allá de los grandes actos y las palabras bonitas. Como el caso también de Martín Insaurralde de Lomas de Zamora, que no tienen problemas en sacarse una foto con el Presidente. En cambio, hay otros que se enojan por tener que convivir, que gritan, y en vez de dialogar apuestan al fanatismo. Yo respeto a todos ellos, pero marco que hay una nueva generación que está más preocupada en hacer una buena gestión y con mayor capacidad de diálogo.

 

 

 

-Pero el cambio de gobierno y la irrupción del PRO también marcó una diferencia en la nueva camada de jefes comunales.

 

-Si es cierto, dentro de este proceso se nota especialmente el fenómeno del PRO. Tenemos un método de trabajo que llamamos "gestión por resultados", con un tablero de control. Eso yo lo hice cuando fui funcionario de Mauricio (Macri) en la ciudad. También tenemos un método de campaña, siempre con foco en el vecino. En ese proceso, sí estoy convencido de que hay una camada de intendentes que yo integro, con diferencias de edades porque Néstor (Grindetti) quizá es más grande que nosotros… que no se enoje (ríe), Nico, Ramiro, Jorge, que hemos hecho pie fuertemente en el conurbano y que claramente vamos a ser cada vez más. Estoy convencido que vamos a gobernar Hurlingham o San Martín en 2019. Por dar algunos ejemplos.

 

-¿Como fue el proceso de pasar de periodista de política e historia a candidato?

 

-Siempre tuve interés por lo público, aunque no por militancia política, pero en algún momento se me empezó a despertar. Cuando estaba en los estudios de radio Continental o escribía artículos empecé a sentir la necesidad de ser protagonista. Yo era un periodista no muy notorio ni famoso, con un trabajo quizás interesante en algunos medios nacionales de renombre, pero no es que dijeron "a ver este famoso que vaya de candidato". Yo decidí el camino de la política, me involucré.

 

-¿Y cómo llegó al PRO?

 

-Estaba acompañando al CIPPEC, que es una ONG de políticas públicas, y ahí tomo contacto con muchos políticos. Me fue interesando el carril del pro peronismo, no el peronismo populista, de derecha tipo sindical, sino de gestión. Estaban Horacio Rodríguez Larreta, Fernando Straface, Felipe Solá y Macri, claro. Esas personas me inspiraron por su vocación pública y de gestión. Y terminé trabajando en el Gobierno de la Ciudad, a manos de Mauricio de Horacio y de Emilio Monzó. Eso fue en 2011 y terminé siendo subsecretario en el AMBA. Ahí tenía un rol más técnico, hasta que hice un click y ahí fue cuando dije que quería ser intendente. Fue una decisión personal, hablé con Macri, lo fui a ver

 

"Macri me confesó que íntimamente se rió cuando le dije que quería ser intendente."

-¿Y Macri qué dijo?

 

-En ese momento nada. Pero días atrás, mientras recorríamos la obra del Metrobus, se acordaba de ese momento y me confesó “cuando yo te vi con anteojitos y tus libros de Belgrano y todo eso y me dijiste quiero ser intendente íntimamente me reí, pensé que era imposible que pudieras ganarle a Curto”. Y me lo decía casi jocosamente.

 

-No estaba convencido pero avaló la candidatura. Una decisión bastante audaz.

 

-Sí, ese es uno de los tantos puntos fuertes que tiene Mauricio, es un tipo que se anima a apostar a personas no tan obvias o convencionales. Y te ayuda mucho. Acá siempre vino y recuerdo que en 2012 inauguramos un local en Caseros, y estaban los de La Cámpora, y nos decían de todo, y Mauricio, que por ese entonces era jefe de Gobierno de la Ciudad, en vez de enojarse les tiraba besos. Y no con ironía, sino como forma de respuesta. Y siguió caminando y dialogando con los vecinos y ganamos la elección, él es presidente y yo intendente.

 

 

 

-Como escritor publicaste libros sobre próceres y ex presidentes, como Sarmiento, ¿escribirías un libro sobre Macri?

 

-Me parece muy interesante, pero no lo haría yo porque estoy comprometido con este proceso, no tendría la distancia o la objetividad. Pero sí va a ser materia de historiografía, creo que está haciendo historia Mauricio.

 

-Y a modo de juego, ¿Qué título le pondrías a un libro sobre la gestión de Macri?

 

-El presidente que cambió la historia. Por lo menos alguna parte de la historia argentina. De gente que no viene de la política y que se interesa, que cree en la política desde el hacer y no tanto desde la oratoria. Es más el hacer que el decir, es el armar equipos, convocar gente, entusiasmarnos. Y además, por ser un presidente que rompe la idea de que no se puede gobernar desde un espacio no peronista este país. No sólo va a terminar su mandato sino que este ciclo político va a continuar.

 

 

Mauricio es un presidente que rompe la idea de que no se puede gobernar desde un espacio no peronista este país. No sólo va a terminar su mandato sino que este ciclo político va a continuar.

 

 

-Igual ya se habla de sucesores, como la gobernadora María Eugenia Vidal.

 

-En general hemos tenido todos líderes peronistas que lo que hacen es recelar de posibles sucesores, trabar la sucesión y generar conflictos. Eso fue (Carlos) Menem con (Eduardo) Duhalde, Cristina Kirchner con Daniel Scioli. Pero eso no es Macri, porque no cree en la perpetuación. Mauricio no tiene celos de que aparezca una Vidal y la gente diga que ella pinta presidenciable, y a la vez Vidal no ve la gobernación como un escalón para la Presidencia, como la veía Scioli. El ex gobernador tuvo dos mandatos intrascendentes desde el punto de vista de la gestión. ¿Sabes lo que debe ser que te vote el pueblo de la provincia de Buenos Aires dos veces y después mirar la provincia y que este igual o peor? Es de una enorme frustración. Cristina buscó impedir que Scioli fuera presidente, no lo logró y entonces lo dejó. YScioli se la pasó haciendo la plancha para que ella no lo vete. A la provincia no la transformó pero logró ser candidato y, por suerte para los argentinos, no ganó.

 

-¿Cuando trabajaba de periodista llegó a entrevistar a Cristina? 

 

-Sí, hice varias notas, no tanto en la época de presidenta. Con Néstor Kirchner sí he hecho muchas. Recuerdo en el 2005, en la elección legislativa, hice un móvil para Continental en la Rosada. Era una persona muy afable, tenía claro a dónde iba, también era un país que se estaba refundando tras las cenizas del 2001. Me parece que después fue apareciendo el kirchnerismo que supieron ver antes los que vivían en Santa Cruz, al comienzo fue una explosión de entusiasmo, entre Duhalde, (Roberto) Lavagna y Kirchner lo pararon. Pero con el tiempo apareció más la versión de Cristina, que le hizo muy mal al país. Una versión más fanática, más negadora de los problemas, más autoritaria.

 

 

 

-En una cadena nacional CFK recomendó su libro de Sarmiento.

 

-Sí, fue en septiembre de 2012. Un día me encuentro con una cadena nacional donde está Cristina hablando de mi libro, yo ya era funcionario de Macri, y ella lo recomendaba diciendo “este es un Sarmiento del que no me habían hablado ustedes los revisionistas”, que es la visión de la historia que se acerca más al pensamiento de la ex presidenta. Era como un pase de factura, como decirles "che muchachos ustedes no me hablaron del Sarmiento militante". Al punto que ella propone que el libro en vez de llamarse "Sarmiento el periodista" se llame "Sarmiento el militante".

 

-Otra mujer fuerte en la nueva escena política es Vidal. ¿Cómo la observa?

 

-Es una persona con una gran capacidad y valor. Con convicciones claras. Y es, además, una persona de barrio, que tiene una experiencia personal como la que tengo yo del conurbano, que puede entender los matices que tiene una sociedad y ella lo lleva muy bien a la práctica. Por eso, además, trasciende sectores sociales y partidarios. A ella la ve bien un montón de gente que no es el PRO. Muchos peronistas acompañan a María Eugenia.

 

-¿Sobre ella si podría escribir un libro?

 

-No no, no podría, no sería imparcial. Y además no podría contar información que tengo por mi tarea de intendente. Pero igual es una gran figura para escribir un libro.

 

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