¿Dónde está Santiago?

Bullrich abona la hipótesis menos mala: las “manzanas podridas”

La ministra insistió en desviar la investigación de la desaparición forzada. “Pudo haber habido una inconducta”, dijo, sobre el grupo de gendarmes que ahora está bajo la lupa del Gobierno.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, volvió a abonar con fuerza la teoría “menos mala” para el Gobierno: la que indica que la desaparición de Santiago Maldonado fue obra de un grupo minúsculo de gendarmes que se rebelaron el pasado 1 de agosto en el operativo realizado en Cushamen, Chubut. “Pudo haber habido una inconducta, pero eso está muy lejos de una desaparición forzada”, remarcó la funcionaria, alentada por el resultado negativo que arrojaron los exámenes de ADN sobre muestras obtenidas de las camionetas de Gendarmería.

 

Como informó Letra P, en Casa Rosada creen que ese avance en la causa alimenta la idea de que “todo podría ser una acción desgraciada de un grupo de gendarmes, pero no una acción institucional de la fuerza”. Una hipótesis que genera alivio en la intimidad de Cambiemos y licúa la responsabilidad de los funcionarios, empezando por Bullrich.

 

La ministra concedió una entrevista al diario La Nación donde sostuvo que “la investigación que hizo el Ministerio con la Gendarmería va marcando que esa realidad que intentaron instalar (la de la desaparición forzada) comenzó a debilitarse”, y enfatizó que “no se puede pensar que el Estado adrede buscó construir un escenario para que una persona desapareciera”. “Una cosa es que la Gendarmería esté en un plan de desaparición forzosa, y otra es que un gendarme haya cometido una acción que va en contra de las normas”, insistió.

 

Consultada sobre la tardía declaración del gendarme Neri Robledo -quien reconoció haber herido a un manifestante-, sugirió que el oficial no testificó antes por temor. “Hay que imaginar qué piensa un gendarme antes de declarar en este marco de violencia”, observó, al recordar escenas de la protesta en Plaza de Mayo a un mes de la desaparición de Maldonado.

 

Bullrich pidió “no estigmatizar” a Robledo. Prometió que si se comprueba su responsabilidad en el hecho, así como la de otros gendarmes, “va a haber consecuencias”, pero primero remarcó su intención de “terminar de analizar todo el panorama”. “En el momento en que tengamos que tomar decisiones lo haremos. Hay que analizar todo, y eso incluye lo que se montó. Vamos a ser muy duros contra los que hicieron acusaciones falsas y los que difamaron”, amenazó.

 

Además, la ministra volvió a dar un fuerte respaldo al jefe de Gabinete de su cartera, Pablo Noceti, señalado por su mandato en el operativo. “No tengo ninguna duda de Noceti. No sólo lo digo yo, también lo dice el juez (Guido) Otranto”, dijo, y apoyó la versión del funcionario acerca de que “no se habló de lo que estaba pasando en la ruta 40” con los gendarmes ocupados en el operativo.

 

Por último, aclaró que, en su caso, no pensó en dar un paso al costado a pesar de las críticas de organismos de Derechos Humanos, y concluyó con un mensaje a la oposición: “Espero que los mismos que pidieron mi renuncia reconozcan el trabajo que estamos haciendo con el mismo énfasis”.

 

 

En el centro, Gildo Insfrán, presidente del Congreso del PJ, ladeado por Axel Kicillof, Lucía Corpacci y Juan Manzur. 
El Conicet, blanco de la motosierra libertaria.

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