El primer mensaje que eligieron articular los voceros de la Casa Rosada ante la marcha que convocó la CGT, fue remarcar la presencia del presidente Mauricio Macri en su despacho, mientras la Plaza de Mayo albergaba a más de 200 mil personas convocadas para cuestionar la política económica de su gestión. En el discurso defensivo del Gobierno, el primer dato que destacaron apuntó a construir desde Balcarce 50 una escena paralela a la protesta que le retumbaba en frente. Pero en la intimidad, algunos funcionarios de la Presidencia consideraron que “el paro sin fecha” que lanzó la CGT “profundizará la interna que los atraviesa" y que "si no hay acuerdo, tendremos que organizarnos para discutir con varios interlocutores, en vez de uno sólo, o dos”, explicó una fuente de contacto diario con el jefe de Estado.
Aunque son notorios los esfuerzos del Gobierno por profundizar la división y el debilitamiento del proceso de unidad que experimenta la CGT desde el año pasado, sus voceros ahora esgrimen lo contrario. “Para nosotros la fragmentación de la CGT nos hace difícil el acuerdo. Con muchos estamos bien y se nota en los indicadores de empleo. Con otros tenemos buen dialogo pero la economía de esos sectores o está rezagada respecto a otros, o viene más lento de lo quisiéramos. Y por otro lado no es menor que también está el factor electoral que también juega. Pero después del resultado de las PASO el sector más confrontativo quedó golpeado”, resumió un observador que reporta al ministro del Interior Rogelio Frigerio. La cita indirecta es hacia el bancario Sergio Palazzo, titular de la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT), que reclamó un paro general y cuestionó a aquellas organizaciones sindicales que no participaron de la marcha de este martes. Otros destinatarios de esa lectura son Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores, y Roberto Baradel, reelecto secretario general de SUTEBA y enemigo preferido de la gobernadora María Eugenia Vidal.
En el lenguaje del oficialismo, la perspectiva transitará por dos carriles. El primero estará concentrado en la evolución de la interna cegetista y en los posibles coletazos de una ruptura. El segundo, será público, y se concentrará en ratificar que “instancias de diálogo hubo siempre, pero ahora los mismos gremios desconocen esa instancia, sin poder explicar por qué”, aseguró un funcionario del Ministerio de Trabajo, conducido por Jorge Triaca, el mismo que se mostró mirando el acto de la CGT por televisión, desde un asado que compartió a la misma hora con los dirigentes de las 62 Organizaciones Peronistas, que condujo Gerónimo "Momo" Venegas, titular de UATRE, hasta su muerte.
Tras la comida, Triaca se mostró con el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada, durante un acto donde estuvieron rodeados por un puñado de jóvenes que habían conseguido su primer empleo. Ese marco fue aprovechado por el jefe de la cartera laboral para remarcar que el acto de la CGT tenía ribetes políticos.
“No tenemos previstas nuevas instancias de reunión, pero diálogo hay muy a menudo, con buena parte de los interlocutores que hoy aparecieron reclamándole al Gobierno. Si nos guiamos por la marcha de hoy, parece que no hubiera diálogo, pero los llamados con los sindicatos son contínuos. La semana pasada hubo un encuentro con los gremios de energía, y así con distintas ramas de actividad”, explicó una fuente de Trabajo, luego de echar mano a la argumentación de los brotes verdes.
“La semana próxima se conocerá que entre junio del año pasado y este año hubo 186 mil nuevos puestos de trabajo. Son cifras de la economía, que nos reconocen los sindicatos por separado, pero cuando van a la Plaza niegan todo”, se quejó otra fuente de la misma cartera.
Respecto a la apuesta sobre el empeoramiento de la interna cegetista, un vocero de Triaca destacó que este martes por la tarde, “se reflejaron las divisiones internas de la CGT, pero nosotros estamos lejos de eso: queremos trabajar en conjunto, y más allá de lo que hagamos con cada gremio, la CGT es un interlocutor muy importante para nosotros. El diálogo no se rompe, más allá de que la movilización de este martes haya sido política y que las razones de la movilización no hayan quedado muy claras, especialmente porque el año pasado muchos dirigentes fueron comprensivos con la situación, que era mucho peor que ahora. Por eso nos cuesta tanto entender por qué si el año pasado se pudieron destrabar tantas cosas, ahora no se puede”, remató el funcionario.