Por primera vez desde la reinstauración del Consejo del Salario, no hubo acuerdo entre sindicalistas, funcionarios y empresarios. Tras un encuentro que concluyó de forma casi intempestiva, las tres centrales obreras rechazaron de plano la oferta patronal de aumento en un 20,3%, en tres tramos, y el Gobierno resolvió fijar a través de un laudo el nuevo valor del haber mínimo.
El Ministerio de Trabajo, que dirige Jorge Triaca, elevó la pauta del mínimo salarial que debe percibir un trabajador soltero en la Argentina por la jornada laboral acordada a 10.000 pesos, lo que equivale a un aumento del 24%. Los montos serán actualizados en tres tramos: 8.860 pesos a partir de julio, 9.500 pesos en enero de 2018 y 10.000 pesos en julio.
El rechazo a la oferta fue unánime entre la CGT y las dos CTA. “La propuesta fue una verdadera vergüenza”, denunció Pablo Micheli, de la CTA Autónoma, y consideró que “es hora de evaluar una protesta nacional y paros entre todos los sindicatos”.
La demanda de las centrales estaba muy lejos de la oferta del Gobierno: pedían un salario mínimo, vital y móvil de 14.060 pesos -hoy está fijado en 8.060 pesos-, para alcanzar el valor de la canasta básica para una familia con dos hijos. Es decir, un incremento del 75%.
“Los patrones ofertaron por contrapartida un 20,3% en tres cuotas, que recién terminaría de abonarse en julio de 2018. No tenía más sentido ese encuentro”, relató Roberto Baradel, secretario general de SUTEBA, al término de la reunión.
Otro de los protagonistas, Claudio Marín -secretario Gremial de la CTA y adjunto de la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos FOETRA Buenos Aires- rechazó “el comportamiento empresario y las coincidencias sutiles del Gobierno con una propuesta irrisoria”. “Era inaceptable. Nadie puede vivir ya en esta Argentina bajo la línea de la pobreza”, advirtió.
Según los dirigentes de todas las centrales, habrá reuniones de cada una de las conducciones -por separado- en los próximos días y, luego, comenzarán las conversaciones para evaluar “la mejor forma de protesta ante la insensibilidad de patrones y Gobierno”.