Un día después de la visita del presidente Mauricio Macri a Nueva York, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos confirmó el cierre del mercado norteamericano para la compra de biodiesel argentino. La información fue confirmada por la Cancillería este jueves por la noche, mediante un comunicado donde informó que la administración de Donald Trump finalmente terminó la investigación sobre los subsidios criollos a la exportación de biodiesel y confirmó el aumento del gravamen hasta el 72%. La respuesta del gobierno norteamericano no tuvo en cuenta la oferta argentina de establecer cupos de exportación y una retención del 15% a las exportaciones de ese biocombustible en base a soja. Con esta decisión de la Casa Blanca, Argentina pierde el ingreso a un mercado que le reportaba 1.200 millones de dólares por año y que golpeará duramente a los productores santafesinos, bonaerenses y cordobeses de ese producto.
“El Gobierno argentino reitera que no subsidia en forma alguna la producción o exportación de biodiesel. Los derechos de exportación aplicados al poroto de soja no constituyen de ninguna manera un subsidio en términos de las normas de comercio internacional”, detalló el Palacio San Martín con el fin de rechazar los argumentos de Estados Unidos para fijar “márgenes de subsidios en niveles incluso superiores a los fijados preliminarmente”.
“Durante los últimos días se intensificaron las tratativas bilaterales entre ambos gobiernos y los respectivos sectores privados involucrados para lograr un acuerdo que suspenda tanto la investigación antidumping como las alegadas subvenciones. Lamentablemente, estos esfuerzos se vieron frustrados frente a la falta de voluntad de llegar a un acuerdo por parte de la industria estadounidense, que se colocó en una postura que resultó inaceptable, amparada por derechos preliminares injustificadamente elevados”, sostuvo el Ministerio de Relaciones Exteriores, para responsabilizar al lobby de los productores norteamericanos de biodiesel, reunidos en el National Biodiesel Board, que hicieron valer la promesa de campaña que les hizo Trump, para protegerlos de las importaciones de Argentina e Indonesia.
Para la administración de Macri “queda ahora abierta la fase de la investigación donde la industria estadounidense deberá probar ante la Comisión de Comercio Internacional (USTIC) que las importaciones argentinas le causaron daño o amenazan con provocarlo. En este sentido, cabe hacer notar que todos los indicadores de dicha industria son positivos y, lejos de demostrar perjuicio alguno causado por las importaciones argentinas, evidencian una actividad muy rentable”, refutó el ministerio que conduce Jorge Faurie para advertir que “continuará defendiendo los intereses de sus exportadores en la fase final de la investigación sobre subsidios, así como la de antidumping. Si la Comisión de Comercio Internacional no revirtiera esta decisión, el Gobierno argentino se reserva el derecho de recurrir al mecanismo de solución de diferencias de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que tendrá su próxima cumbre en Buenos Aires, durante diciembre.
