Como quien se despide de una breve, pero polémica, misión cumplida, el juez federal de La Plata Juan Manuel Culotta le solicitó este jueves al Consejo de la Magistratura que “contemple la posibilidad de no renovarle la subrogancia de ese cargo, por motivos personales, debido a la carga de trabajo en su juzgado de Tres de Febrero”, según explicó a Letra P una fuente judicial para confirmar que el magistrado no quiere seguir otro año al frente del juzgado con competencia electoral sobre todo el territorio de la Provincia de Buenos Aires.
En diciembre del año pasado, como reflejó Letra P, Culotta presentó una solicitud para subrogar un juzgado que, desde la muerte del magistrado Manuel Blanco, estaba a cargo de la jueza federal porteña María Romilda Servini de Cubría, que poco después denunció presiones del Gobierno para abandonar el cargo platense. Tras el enroque (que habría pasado inadvertido si no fuera por las quejas de “La Chuchi"), la Comisión de Selección del Consejo aprobó por 4 a 2 el traslado de Culotta a La Plata, que se hizo efectivo desde abril, cuando el plenario del organismo aprobó la movida. No fue el último obstáculo que tuvo Culotta por delante para llegar al control de ese juzgado. Apenas fue trasladado, hasta el 30 de noviembre de este año, el juez civil y comercial platense Alberto Recondo declaró "inconstitucional" la designación. Culotta no estaba solo: el Consejo y el Estado nacional apelaron y el 10 de mayo, cuando el calendario electoral precalentaba, quedó al frente del juzgado que coordina los comicios bonaerenses.
Culotta está al frente del juzgado federal de Tres de Febrero desde 2003, cuando fue creado. Dentro de la Justicia, y también del Gobierno, distintas fuentes adjudicaron su solicitud de “pase” a La Plata, al calor de la estrecha relación que mantendría con el jefe de Asesores de la Presidencia José Torello, histórico apoderado electoral del PRO, y egresado del colegio Cardenal Newman. Por ese selecto instituto educativo de élite, también estudiaron el presidente Macri, Culotta, y algunos destacados e influyentes funcionarios de la administración de Cambiemos.
Ante las consultas de Letra P, fuentes judiciales detallaron que “Culotta se quería ir de ese cargo hace rato” y aprovechó el vencimiento de la subrogancia anual para suspender la vigencia del pedido que él mismo había formulado hace un año. La movida no habría sido gratuita: los ocho meses de desempeño que tuvo al frente del juzgado federal platense, que controla las elecciones del distrito más grande del país, le implicaron la furia de Servini de Cubría, que lo acusó de no estar capacitado para el cargo.