El secretario general de la Unión del Personal Superior de la AFIP (UPSAFIP), Julio Estévez, afirmó hoy que “si la reforma tributaria no contempla un cambio político y de rumbo en la Administración Federal de Ingresos, se corre el severo riesgo de desequilibrar más las cuentas públicas”, en referencia a la reestructuración impositiva que impulsará el lunes el Gobierno nacional.
Estévez pidió promover un “organismo recaudador de impuestos del siglo XXI, acorde a los tiempos de cambio que hay en el país, y no quedarnos en una AFIP de la década pasada”.
Asimismo, consideró que “el esfuerzo que hará el Gobierno nacional al reducir la presión impositiva debe ser acompañado por una severa reforma en las políticas que aplica el organismo recaudador de impuestos, creado en 1997, para que deje de ser un mero ente de persecución a los ciudadanos”.
En esa dirección, el jefe del personal jerárquico de la AFIP, que reúne a 18.000 trabajadores, evaluó que “es imprescindible” una AFIP “eficiente, pujante y al servicio de la gente, para que la baja de la carga fiscal no implique un desequilibrio de las cuentas públicas y la reforma sea una política de Estado para todos los tiempos”.
“Como dice diariamente el presidente Mauricio Macri, no debemos tener miedo a los cambios, debemos animarnos”, remarcó Estévez y postuló que la Afip “pase a convertirse en una herramienta más de los cambios que proyecta el Gobierno para que todos los que hacen el inmenso esfuerzo de pagar los tributos se sientan acompañados y asistidos”.
En ese camino, el titular del gremio del personal jerárquico plantó la “mejora del sistema informático para que la AFIP esté acorde con lo que tiene que ser un organismo recaudador del siglo XXI”.
“Necesitamos -reafirmó- que con esta reforma tributaria además de humanizarnos y ayudar al que paga impuestos, seamos más eficientes en la percepción de los mismos, por eso debemos incorporar más herramientas –informáticas y de recursos humanos- para que no pase como estos dos últimos años en que no existió operativo verano de la AFIP en los lugares turísticos, o como pasa en el interior que no salen de inspección a lugares remotos porque los agentes no tienen combustible para los vehículos”.
Estévez insistió en que el organismo “debe cambiar su política de agresión al contribuyente, ya que de nada sirve, por ejemplo, llevar a la quiebra a una empresa que es la primera distribuidora del país y emplea 7000 personas en forma directa y otras miles en forma indirecta”, en clara referencia a OCA, cuando “existen las herramientas legales vigentes para otorgarles un salvataje”.
“Está claro –advirtió- que si los quebramos dejamos de percibir impuestos, o sea nos llevamos el cien por ciento de nada en vez de ingresar al Estado un porcentaje de algo, y generamos desocupación y dañamos la economía, o sea que en definitiva esa política nos daña a todos”.
Estévez, quien además es vocal titular de las 62 organizaciones Peronistas –brazo político sindical del Gobierno Nacional- concluyó que “debe haber reforma tributaria y un cambio político en la Administración Federal porque si no corremos el riesgo de quedarnos en una Afip de la década pasada”.
Por su parte Lucas Fudi, Jefe de Gabinete de dicho gremio, sostiene que el proyecto de Revalúo Impositivo y Contable comúnmente llamado “reforma tributaria”, que el ejecutivo envió al Congreso de la Nación para ser tratado en comisión y en ambas cámaras a posteriori, ocasionará un ingreso significativo en las arcas del Estado toda vez que las personas físicas, sucesiones indivisas y sociedades residentes del país podrán solicitar el revalúo de bienes tales como:
-Inmuebles que no posean el carácter de bienes de cambio.
-Inmuebles que posean el carácter de bienes de cambio.
-Bienes muebles amortizables (incluida la hacienda con fines de reproducción), quedando comprendidos los automóviles solo cuando su explotación constituya el objeto principal de la actividad.
-Acciones, cuotas y participaciones sociales, emitidas por sociedades constituidas en el país.
-Minas, canteras, bosques y bienes análogos.
-Bienes intangibles, incluidos los derechos de concesión y similares.
-Otros bienes no comprendidos en los incisos anteriores, conforme lo establezca la reglamentación, excepto bienes de cambio y automóviles.
Por último, destaca la importancia de su promulgación ya que estaríamos hablando de un ingreso superior al obtenido por la Ley de Blanqueo N° 27.620 del 2016, que no llegó a cubrir las expectativas numéricas: “Si pudiéramos sumar los ingresos impositivos dados por la alícuota del 5 al 15% de los bienes revaluados y la oportuna aplicación del impuesto a la renta financiera, en caso de llevarse a cabo esta última, el Gobierno Nacional no solo tiene un cheque en blanco gracias a las últimas elecciones, sino presupuesto suficiente para verse traducido en obras públicas, entre tantas cosas que carece el interior del país, asegurándose Cambiemos un segundo mandato”.