El PRO de la Legislatura porteña está decidido a congelar hasta fin de año la discusión por el lugar que dejó vacante en la Vicepresidencia II la legisladora peronista María Rosa Muiños, que abandonó junto a dos compañeros el bloque del Frente para la Victoria y formó el Bloque Peronista.
La diputada será la presidenta de esa nueva bancada, que se presentó con fuertes críticas a La Cámpora y el kirchnerismo duro. En concreto, el macrismo esperará a que el kirchnerismo llegue a un acuerdo interno para definir quién ocupará ese lugar y que comunique oficialmente qué quieren hacer con ese cargo.
Al dejar la bancada del FpV, que preside Carlos Alfonso Tomada, Muiños deslizó que dejó “a disposición” su lugar como autoridad del Parlamento porteño, aunque ya envió su renuncia formal a ese puesto a la oficina de la Secretaría Parlamentaria, que también recibió una misiva con la novedad semanal: la escisión de los tres diputados peronistas de la bancada FpV y la formación del nuevo Bloque Peronista.
El PRO no quiere ingresar en una discusión por el lugar vacante para evitar los trámites, acuerdos y búsqueda de 31 votos que precisa un cambio en las autoridades de la casa. De esa manera, culminaría el año deliberativo con la macrista Carmen Polledo como vicepresidenta primera, el socialista Roy Cortina como vicepresidente tercero y el segundo escalafón quedaría vacío. En rigor, ese detalle no modifica en nada el funcionamiento normal y cotidiano del edificio de Perú 160. La función del vicepresidente II de la casa es nimia: se encarga de llevar adelante los hilos de la sesión cuando el vice primero decide sentarse en su banca o cuando no está; lo mismo cuando el presidente de la Legislatura, en este caso Diego Santilli por su rol de vicejefe de Gobierno, no está presente en el recinto.
Todavía resta definir qué hará el diputado Gabriel Fuks, ligado a Daniel Filmus. Tomada intenta mantenerlo en el bloque K, aunque desde el entorno del edil de La Corriente explican que “analiza” formar un monobloque. El resto de los diputados kirchneristas también lo quiere a Fuks dentro del espacio por dos motivos: la emigración de otro compañero sería un dato simbólico e incómodo y, por otra parte, confían en sus “dotes parlamentarios”.
Por estas horas, en la bancada del FpV lo promocionan como un posible candidato a ocupar la Vicepresidencia II en reemplazo de Muiños. Sin embargo, el oficialismo prefiere dilatar ese debate, que se sellará mediante un acuerdo político, mientras el kirchnerismo discute qué hacer con ese espacio que le corresponde por ser la segunda minoría del recinto porteño. Por lo cual, esa herramienta de negociación, que se basa en evitar una futura dispersión, podría disiparse.
La ruptura de la bancada kirchnerista, revelada este martes por Letra P, fue conversada y todos conocían el destino final desde hace meses. La foto del tweet del presidente del PJ, Víctor Santa María, con el anuncio de la formación del nuevo sector precipitó una determinación que ya estaba tomada.
Para cuidar las formas y por respeto mutuo, Muiños lo llamó a Tomada minutos antes de la comunicación oficial de la ruptura. El ex ministro de Trabajo aceptó la decisión, se juramentaron seguir “trabajando juntos” y cruzaron opiniones sobre un proyecto de ley en el que ambos están interesados. Lo cierto es que el Frente para la Victoria sigue con nueve diputados y el flamante bloque con tres: Muiños, Claudio Heredia y Silvia Gotero.
Así las cosas, por ahora, el bloque del FpV está conformado por Tomada, Fuks, Paula Penacca, Javier Andrade, Pablo Ferreyra, Magdalena Tiesso, Lorena Pokoik, José Cruz Campagnoli y Andrea Conde.
LA GRIETA. Carlos Tomada encabezó la lista de legisladores porteños del Frente para la Victoria del año 2015. Una vez electo, nadie dudó de que su experiencia de 12 años como ministro de Néstor Kirchner y Cristina Fernández fuera condimento suficiente para encarar la conducción del siempre convulsionado bloque del FpV porteño.
Antes de asumir, se entrevistó personalmente con cada uno de sus futuros compañeros en la Legislatura porteña y les transmitió su intención de presidir la bancada. Además, buscó consenso para dejar atrás la figura del interbloque, inventada en el edificio de Perú 160 para que el kirchnerismo contenga a todas sus fuerzas y discuta espacios de poder con el PRO. Superada esa etapa y consolidado el bloque único, comenzaron las diferencias.
Al momento de votar el traspaso de parte de la Policía Federal a la Ciudad, un sector del bloque se opuso tajantemente ofreciendo dos argumentos: planteando “dudas” sobre el convenio firmado entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta y explicando que no sería prudente que el FpV acompañe al PRO en momentos que el nuevo oficialismo nacional “hostiga” al anterior. En el despacho del ex ministro de Trabajo se hizo una votación nominal entre los legisladores y ganó la abstención, que varios de los ediles la confirmaron a regañadientes.
Tiempo después, el bloque se enfrentó a la discusión por la Agencia de Bienes, que incrementó la riña interna y desencadenó un hecho simbólico: se terminaron las reuniones entre los 12 diputados. El FpV votó dividido esa iniciativa.
No obstante, el hecho que aceleró la ruptura, ya inevitable por ese entonces, fue un polémico tuit de Santa María en el que anunció la creación de un nuevo bloque.