A fines de mayo de 2016 Jorge Gabriel Rizzo asumió un nuevo mandato en el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal (CAPCF) y, a diferencia de otras oportunidades, esa vez blanqueó su acuerdo con el PRO de Mauricio Macri. En la previa a la elección todo era color de rosa, pero al desembarcar nuevamente en la institución de Avenida Corrientes, su aliado macrista en esa cruzada, Daniel “el Tano” Angelici, hirvió de furia por una promesa incumplida. Ahora no se dirigen la palabra y el fuego cruzado ya es público.
El presidente de Boca Juniors y operador judicial del presidente buscaba a principios de año un lugar institucional desde donde mantener su relación con abogados, jueces y fiscales sin tener que oír los cuestionamientos de la diputada nacional y líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Su entorno le recomendó “blanquearse” en el Colegio de Abogados y acordó con Rizzo ir en la lista con la promesa de ocupar la vicepresidencia primera del organismo.
El reglamento interno nada dice de quién debería estar entre los dos primeros sillones de la sucesión del presidente del CPACF. Esa discusión se dirime, como siempre, mediante un acuerdo político. Al asumir, la vicepresidencia primera quedó para Laura Calógero y “el Tano” estalló: comenzó a faltar a las reuniones del Consejo Directivo y encomendó a sus espadas en la institución que se “distancien” de su otrora aliado.
La alianza con Rizzo siempre acarreó enojo en la otra ala judicial del PRO, encabezada por el secretario de Legal y Técnica de la Nación, Pablo Clusellas, y el jefe de asesores del presidente, José Torello. Fue Angelici quien, luego de una serie de intentos, los “convenció” de repetir el acuerdo con el líder de Gente de Derecho para asegurarse una entrada formal y “mayor” (este año el PRO coló más hombres y mujeres en la listas que en ocasiones anteriores) en el organismo que desean gobernar en soledad en el futuro.
El titular de Boca decidió profundizar la crisis con Rizzo y se desligó. Como hace años, delegó el diálogo con uno de sus hombres en el CPACF. Desde hace semanas es únicamente el ex consejero porteño Juan Sebastián De Stefano quien habla con el presidente del Colegio, pero también es quien aviva el fuego amigo que existe entre ambos desde el mes de julio.
Días atrás, De Stefano, encargado de la jefatura de Judiciales de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), desnudó la estrategia del macrismo para el Consejo de la Magistratura de la Nación, algo que irritó a Rizzo.
Haciéndose eco de una nota publicada por el diario Perfil, el hombre de confianza de Angelici aseguró que Adriana Donato, formada en la escuela de Gente de Derecho, se quedaría con la presidencia del organismo en reemplazo del radical Miguel Piedecasas. Lo curioso es que se la nombra como “macrista”. En el mundillo judicial se sabe que llegó a ese lugar mediante un acuerdo entre el PRO y Gente de Derecho y que le debe lealtad a Rizzo, pero ese tweet despertó la polémica.
“Averiguá cuántas veces vino Angelici desde que asumió”, le dijo al periodista Nicolás Eisler en una entrevista que brindó al portal Nueva Ciudad. En la misma nota deslizó con fuerte honestidad: “En el Colegio mando yo, hasta cuando no soy presidente”.
Cada vez que en la mesa judicial del PRO se hablaba de Rizzo el único que lo defendía e insistía en continuar con la alianza fue Angelici. Hoy, con un enfrentamiento que es público, “el Tano” dejó de ofrecer sus servicios de defensor, al mismo tiempo que empieza a dar señales de que un desembarco macrista “total” en el CPACF podría ser posible sin necesidad de un acuerdo con el actual presidente. Por primera vez en ocho años Clusellas y Angelici coinciden, al menos por ahora.
