La Cámara de Diputados avanzará este martes con el debate por la reforma electoral que impulsa el presidente Mauricio Macri, que comenzó la semana pasada en el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto y Hacienda y que tiene como principal eje el paso de la boleta de papel al sistema electrónico, sistema que fue severamente cuestionado por expertos en temas electorales y en informática.
"La boleta única electrónica es un sistema de voto electrónico. No vamos a decir una cosa por otra como hicieron en la Ciudad de Buenos Aires, donde las autoridades inventaron la historia de que no era voto electrónico", sentenció, lapidaria, Delia Ferreira Rubio, doctora en Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, miembro de la Asociación Argentina de Derecho Constitucional y una de los casi 30 expositores convocados al plenario para dar su opinión sobre la reforma. Tanto Ferreira Rubio como otra decena de especialistas advirtieron sobre las debilidades del sistema de boleta única electrónica (BUE), con el cual el Gobierno propone suplantar la boleta de papel, que Argentina usa desde hace más de cien años.
La discusión en torno a la boleta electrónica, que fue utilizada en Salta, la Ciudad de Buenos Aires y las ciudades de Neuquén y Resistencia, llegó el año pasado al Tribunal Superior de Justicia porteño, que aprobó en una acordada la utilización de "tecnologías electrónicas en la emisión de voto, escrutinio de sufragios y transmisión y totalización de resultados electorales provisorios", considerando a la BUE no como un sistema informático integrado sino únicamente como "una máquina que funciona como impresora, que emite la boleta y no guarda la información".
"En la Ciudad no se presentó como voto electrónico porque de esa forma se necesitaba la aprobación de las dos terceras partes de la Legislatura porteña. De esta forma, se implementó por decreto pero en la práctica es la misma cosa. Este sistema tiene emisión, registro y conteo electrónico, las características propias de cualquier sistema electrónico", aseguró el jueves en Diputados Beatriz Busaniche, miembro de la Fundación Vía Libre, luego de que el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Luis Lozano, reafirmara el criterio de la acordada. "Se vio que en ese sistema las debilidades eran mucho menores que con la boleta de papel", dijo el magistrado.
Lozano respondió luego a la consulta de Margarita Stolbizer sobre el fallo de la Justicia porteña que sobreseyó la semana pasada al programador Joaquín Sorianello, quien antes de las elecciones de la Ciudad detectó una falla en el sistema y dio aviso a la empresa MSA, algo que terminó con el allanamiento de su domicilio y una causa penal en su contra. En su pedido de sobreseimiento a Sorianello, la Fiscalía señaló que su accionar puso en evidencia que se trataba de un sistema "vago y que podía ser vulnerado con facilidad". "Quedó claro que el sistema tiene fallas. Eso dijo la Justicia", apuntó Stolbizer. "Escuché muchas veces que el sistema tiene fallas, pero nunca las comprobé. Esa sentencia no la conozco", dijo el juez. Aunque la mayoría de los expositores coincidió en la necesidad de abandonar el sistema de boleta sábana que rige en la actualidad, las críticas se centraron en la posibilidad de que el cambio hacia la BUE afecte los principios rectores del voto: universalidad, auditabilidad, integridad y secreto. "La misma patente del sistema MSA (la empresa que tiene a su cargo el sistema) dice que la lectura de la totalidad de los códigos puede hacerse dentro de la urna, sin necesidad de abrirla. Es decir que se puede leer voto por voto para poder comprarlo", explicó Ferreira, que usó el ejemplo de Venezuela para ilustrar la situación.
"Habría que recordar el discurso de (el presidente venezolano, Nicolás) Maduro cuando dijo, después de la elección, que tenía la lista de todos los empleados públicos que habían votado en contra del partido. Es decir, que el clientelismo no se elimina", dijo. Tanto Ferreira Rubio como Julia Pomares, de CIPPEC, coincidieron en que el sistema más recomendable, que se utiliza en mayor cantidad de países en el mundo, es la boleta única de papel, que en Argentina implementaron Santa Fe y Córdoba.
Sobre el tema del voto secreto, Alfredo Ortega, doctor en Informática del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) y especialista en auditoría y seguridad de software, explicó que "no están garantizadas las características que tiene que tener el voto, lo cual hace muy vulnerable a la presión al votante".
"Después de varias auditorías que se hicieron al sistema MSA, yo encontré otra que nadie había detectado: que se pueden poner varios votos en un mismo chip", explicó Ortega. El especialista agregó que en las elecciones de 2015, el sistema de que utilizó la Ciudad de Buenos Aires "sufrió varios ataques", dos de ellos desde el exterior - Texas y New Jersey -, que, si bien la división de ciberseguridad de la policía pudo detectar, "no pudo hacer absolutamente nada porque es otra jurisdicción". "No se puede pelear contra gente que lleva 20 años haciendo ataques electrónicos", explicó.
"El mundo se está moviendo para alejarse del voto electrónico y por algo lo está haciendo. La Argentina está yendo en contra de los países más avanzados ", advirtió Ortega. En la misma línea, Ferreira Rubio afirmó: "Si es todo tan moderno, no me explico cómo países mucho más desarrollados que Argentina no usan este sistema y a nivel nacional lo utilizan solo India, Brasil y Venezuela. Algo deben estar haciendo bien los países modernos y desarrollados como Inglaterra, Alemania, Holanda y los escandinavos con la boleta de papel".
Fue la Corte Suprema de Alemania la que en 2009 declaró inconstitucional el voto electrónico por no permitir el sistema la fiscalización del proceso electoral por personas sin conocimientos técnicos. "Si la impresión del voto fuera la solución a este problema, supongo que los alemanes no son tan estúpidos como para no haberle agregado un pedacito de papel a su sistema", apuntó Enrique Chaparro, presidente de Vía Libre.
Pero fue el programador y administrador de redes y sistemas Javier Smaldone quien hizo una demostración en vivo sobre la vulnerabilidad del sistema, al hacer una prueba con una aplicación instalada en su teléfono que podía leer el chip de la boleta con solo acercarla. "La pantalla del celular se pone de distinto color según a quién hayas votado. ¿Qué camino tomará aquella persona para la que su trabajo o su plan social dependan de a quién vote? ¿Cómo hace el votante para asegurarse de que su voto es secreto? Tiene que confiar en la auditoría. Es una cuestión de fe", afirmó (ver video)
OTROS PUNTOS DÉBILES. Además de la boleta electrónica, los cuestionamientos técnicos a la reforma apuntaron a la insuficiencia en el plazo previsto en el proyecto para hacer la auditoría del sistema; la necesidad de que, en caso de aplicarse la reforma, se haga de manera gradual; los elevados costos de la implementación - según el diputado Juan Cabandié, proyectando a nivel nacional lo que costó en Salta, serían 300 millones de dólares, contra 30 que se gastaron el año pasado para la boleta de papel- ; la errónea creación de delitos informáticos y la posible "privatización, tercerización o extranjerización" del sistema electoral, que se desprende del convenio celebrado por el Ministerio de Modernización con Corea del Sur.
En cuanto a las objeciones puramente políticas, la oposición cuestionó la limitación que establece que en las primarias solo se podrá votar dentro de una agrupación política - sin posibilidad de combinar candidatos de diferentes espacios - y que, en el caso de los candidatos a diputados, solo aparecerá en pantalla el nombre de quien encabece la lista, dejando ocultos los nombres del resto de los dirigentes. El debate seguirá este martes en el plenario de comisiones.