Las facultades de Agronomía y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA) desarrollaron un estudio sobre “el impacto en el ambiente y en la población rural de los agroquímicos utilizados en los cultivos transgénicos de la Región Pampeana”. Focalizado el relevamiento en Pergamino, ambientalistas de este distrito cuestionaron que el informe presenta llamativas omisiones en los análisis tanto del ambiente como de la población, advirtiendo que dicho estudio tiende a “minimizar” los efectos nocivos de la aplicación de estos productos.
En diálogo con Letra P, el titular de la Asamblea por la Protección de la Vida, la Salud y el Ambiente, Jorge Dauach, detalló que, a partir de los datos obtenidos del informe en cuestión, “en materia de impacto en el ambiente, el único agroquímico que se evaluó fue el glifosato”, por lo cual “fue muy poco lo que se analizó de lo que se usa actualmente en las últimas campañas. No se analizó atrazina ni el (agroquímico) 2-4 D que se utiliza para los barbechos y que son más tóxicos que el glifosato”.
Asimismo, en los resultados se advirtió que “en la mayoría” de los muestreos de suele y agua “aparece glifosato”. En este caso, Dauach comentó que los investigadores que realizaron este informe encargado por el Ministerio de Agroindustria de la Nación “dicen que los porcentajes son mínimos”, aunque remarcó que esto lo hacen “en relación a un parámetro que está en discusión”, ya que, de tomar los parámetros europeos de medición, se superarían los valores mínimos.
Más allá de esto, el ambientalista alertó: “No debería estar (el glifosato en el agua y suelo) porque dicen que se aplica y desaparece. Creemos que no debería haber nada”.
GRAVES OMISIONES. En lo que refiere a los análisis de sangre, el titular de la Asamblea por la Protección de la Vida, la Salud y el Ambiente cuestionó: “Se analizaron insecticidas solamente y la mayoría de los productos analizados están prohibidos desde hace muchos años, con lo cual no se están utilizando. No se buscaron fungicidas, herbicidas ni otros productos”.
Lo alarmante fue que, a pesar de la mencionada prohibición, esos insecticidas aparecieron en los análisis. A modo de ejemplo, el DDT se manifestó en el 83% de las muestras y el HCH en el 51%. Otros diez insecticidas también aparecieron en los casos relevados.
En tanto, Dauach subrayó: “Faltan insecticidas actuales, son dos o tres de los analizados que están en uso en la zona. El estudio tiende a minimizar el impacto”.
A su vez, el ambientalista comentó que tanto él como otros integrantes de la asamblea fueron donantes de sangre y orina para estos análisis pero “no hay resultados sobre muestras en orina”, algo que resulta clave “para detectar la presencia de glifosato en el cuerpo humano”.
Bajo este escenario, la entidad elevó dos notas: una al Concejo Deliberante de Pergamino para que le solicite al Ejecutivo municipal (a cargo de Javier Martínez-PRO) si existe un convenio con la UBA para la realización de estos estudios; y otra a la Comuna para dar cuenta de las observaciones realizadas al informe en cuestión, el cual finalizará en noviembre.
CON LEGISLADORES. Ante esto, el ambientalista manifestó su preocupación ante una posible “utilización de determinados trabajos que no reflejan la realidad y que pueden ser presentados como un reflejo de la situación” en el marco de la discusión por el proyecto de ley de Agroquímicos en la Legislatura bonaerense que ya tiene el aval del Senado y espera por su tratamiento en Diputados.
Por esto, Dauach comentó que el diagnóstico realizado por la asamblea ambientalista “vamos a presentarlo a legisladores”, habiéndose reunido ya “con Manuel Elias (FpV-PJ) y lo tenemos previsto con María del Huerto Ratto (FR)”.
PROYECTO EN DEBATE. Precisamente sobre la iniciativa presentada por el senador Alfonso Coll Areco (Justicialismo Bonaerense) que fue aprobada en la Cámara Alta, el ex legislador y miembro de la Federación Agraria Argentina (FAA), Jorge Solmi, vaticinó que en Diputados “se va a generar un debate” que “no se dio en el Senado”.
En este sentido, el dirigente ruralista pidió en este tema “ir hacia un lugar donde se contemplen las buenas prácticas agrícolas y el esquema de sanciones” algo que, advirtió, “no se lo contempla con la decisión que lo requiere” en el actual proyecto en debate.
Puntualmente en lo que refiere a las “buenas prácticas agrícolas”, Solmi observó que “poner límites de exclusión es un aval a la mala aplicación” porque la distancia “puede ser excesiva o poca de acuerdo a si estás aplicando mal o bien el producto”.
Ante esto, consideró que en Diputados “puede haber proyectos alternativos o cambios en la ley. El espíritu de Diputados no es lo mismo que en el Senado. Lo que se pretende en Diputados es darle un debate real”.
Por otro lado, el ex legislador defendió el estudio de la UBA sobre el impacto de los agroquímicos: “Sé que algunos ambientalistas no estaban de acuerdo porque no daba lo que pretendían”. Y añadió: “Hay mucho mito sobre el tema de agroquímicos y creo que ese estudio empezó a tirar un poco de la piola sobre lo que es real o no y por ahí hay cosas que se escuchan que no se quieren escuchar”.