La ingeniera rosarina Susana Malcorra, actual jefa de la diplomacia argentina, deberá esperar hasta octubre para saber si el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la elige entre los candidatos finales para definir quién ocupará la secretaria general del organismo. El primer round de ese proceso lo protagonizaba este martes en Nueva York, en una instancia que, según avisaban cerca de la funcionaria, se extendería a lo largo de "dos horas de camino minado".
La próxima cita será cerca del 20 de julio, cuando se realice la primera votación del Consejo de Seguridad, integrado por 15 miembros: diez rotativos y cinco permanentes. Ese selecto club de las cinco naciones, compuesto por Estados Unidos, Francia, Rusia, Reino Unido y China, será la clave y, según explican en la Cancillería, el último en expedirse al respecto. Se trata de las potencias nucleares que tienen veto y la posibilidad de bajar a un candidato.
En el Palacio San Martin, ni confirman ni desmienten la versión que deslizó un medio británico hace dos días sobre el apoyo de Estados Unidos a la postulación de Malcorra, pero anticipan que la palabra de Washington será oída luego de la primera ronda prevista para fines de julio.
En rigor, la postulación que hoy podrá jugar Malcorra será, en parte, gracias al llamado que le hizo el presidente Mauricio Macri para convocarla como canciller y permitirle un paso clave: dejar el cargo de jefa de Gabinete del Secretario de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para poder sucederlo, ya que, si seguía siendo funcionaria de la ONU, no podría postularse para encabezar el organismo.
Seis meses después, Malcorra puede volver a Nueva York calzada en el traje de candidata, propuesta por Argentina, a partir de un virtual acuerdo "win - win", donde ganarían las dos partes del acuerdo: Macri, por la posibilidad de tener a su canciller como jefa de la ONU y Malcorra, que, con designación o no, queda fortalecida en una cartera donde fue afianzando su lugar al calor de ganar la confianza del Presidente.
"Parece que todo el mundo se olvida de que los candidatos a la Secretaría General son de determinados países", bromeó un funcionario para defender a Malcorra de las posibles impugnaciones. "Ban Ki-moon es de Corea del Sur y aun así pudo encabezar la ONU con el conflicto que mantiene su país con Corea del Norte, uno de los asuntos más calientes de la agenda internacional", explica la fuente, luego de reconocer que, cuando ocupó el cargo de jefa de Gabinete de la secretaría General, el gobierno británico expuso su preocupación por la nacionalidad argentina de la funcionaria, especialmente con temas relacionados a Malvinas.
"Cuando hubo un tema de ese tipo se excusó como lo hacen todos los funcionarios de la ONU, porque siempre es una posibilidad prevista en el funcionamiento multilateral", explicaron desde la Cancillería para despejar sospechas sobre la posibilidad de que el Reino Unido impugne la candidatura argentina.
"Para nosotros Malvinas es un tema de largo plazo, pero preferimos utilizar un mecanismo de bajo perfil, porque las declaraciones altisonantes no han servido hasta ahora", dicen cerca de Malcorra. "La canciller irá al Comité de Descolonización como corresponde y está claro que la defensa de la soberanía argentina sobre las Islas es un deber y una responsabilidad constitucional, pero impulsaremos cosas que sirvan para bajar el tono y construir puentes con los isleños. Una cosa es que las islas sean nuestras, pero los isleños están ahí y hay que construir puentes", explicaron fuentes del Palacio San Martín en referencia a una batería de medidas que podría incluir la reanudación de los vuelos desde aeropuertos argentinos con destino a tierra malvinera. En la actualidad, el único vuelo es por LAN desde Chile, con escala en Río Gallegos y destino final en la base militar de Mont Pleasant, a pocos kilómetros de Puerto Argentino.
Poco después de asumir la cancillería, Malcorra fue notificada del reconocimiento de la ONU al límite del Mar Argentino, es decir, al mar epicontinental que rodea a las dos Islas Malvinas. Sucedió a fines de marzo con un fallo de la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) del organismo que le reconoció a la Argentina un aumento de su plataforma marítima en un 35%, es decir, exactamente 1.700.000 kilómetros cuadrados. Fue a partir de una demarcación que presentó la diplomacia argentina en 2009 y que ahora permite disputar con más fuerza la explotación británica de las áreas submarinas, especialmente porque antes del fallo la famosa "plataforma submarina" llegaba hasta los 200 metros de profundidad, pero luego del fallo no hay límite de ese tipo.
El 12 de mayo, dentro de las giras que realiza la diplomática, Malcorra se reunió en Londres con su par británico, Philip Hammond, y se anotó en su historial la primera reunión de trabajo bilateral en 14 años protagonizada por cancilleres de los dos países que libraron una guerra que terminó con la vida de 649 soldados argentinos y 255 británicos en 1982, y la debacle final de la última dictadura, un trágico desenlace que todavía no exculpó a sus principales mandos de haber mandado conscriptos de 18 años a combatir con un ejército imperial bien pertrechado.
"Gran Bretaña sostiene hace décadas que la ONU tiene que ser encabezada por una mujer y ahora no tienen mucho margen para contradecirse", dicen en la Cancillería sin perder de vista que hay tres mujeres y cinco hombres entre los competidores de "Susy", tal como le dice el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a Malcorra.
Con una serie de espaldarazos, que van desde la conquista del fallo del CLPC, que proviene de la gestión anterior, hasta las nuevas relaciones carnales que diseña el gobierno de Cambiemos, Malcorra transitará su candidatura para suceder al coreano Ban Ki-moon, quien fuera su jefe hace escasos seis meses.