La pelea feroz entre dos grupos de personas en la reunión del Consejo Consultivo de la Comuna 4 de la Ciudad de Buenos Aires no fue, como se dejó trascender en distintos medios, una riña entre barras vinculados al Club Boca Atlético Juniors. En ese momento, los líderes de La 12 se encontraban lejos de esa zona discutiendo otro tema. La gresca fue iniciada por Rodolfo Manuel “El Cordobés” Corzo, un funcionario porteño que responde al presidente de esa Junta Comunal, Jorge “el Negro” Apreda, quien, a su vez, es un hombre de confianza del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
También, Corzo, a quien se lo ve en el vídeo repetidas veces con una bufanda celeste, tiene vínculos con el titular del PJ porteño, Víctor Santa María, que desde hace años busca apoyo en el barrio para comandar el club de la ribera sur y en las últimas elecciones ubicó a la mujer de “El Cordobés”, Alicia Esther Gariglio, en la lista de comuneros del FpV para la Comuna 4 (La Boca, Barracas, Pompeya y Parque Patricios).
Apenas se conoció la batalla campal, trascendió que un grupo de militantes PRO agredieron a miembros de La Cámpora. Tanto en el macrismo como en la organización kirchnerista niegan tajantemente esa versión. Los grupos que se enfrentaron tienen escasa vinculación política y no participan de las actividades orgánicas ni administrativas de estos partidos políticos. Ambos sectores coinciden en que se trató de una pelea por una disputa barrial que tiene como marco la discusión por los terrenos de Casa Amarilla, pero que nadie inició una pelea en nombre de un sector partidario. Tampoco es verdad que la patota ingresó a la reunión, los integrantes de ese grupo, que tiene vinculación colateral con el macrismo, presenciaron el encuentro desde el principio y comenzaron a agredir cuando se pidió discutir la cesión de terrenos de Casa Amarilla. Lo que sí queda claro es que el sector agresor tiene vínculos con el oficialismo porteño pero no actuó en nombre del partido amarillo.
El hombre que inició el conflicto es funcionario porteño y reporta al titular de la comuna, Jorge “el Negro” Apreda, que está de licencia por un viaje. Corzo es uno de los nueve agentes de Poder de Policía Comunal de la Junta Comunal N°4 que se encargan de “fiscalizar las normas sobre usos de los espacios públicos”. Durante la gestión de Aníbal Ibarra también fue inspector hasta que Silvana Giúdici se encargó del área de control y comenzó una “limpieza” que arrastró al funcionario. ahora vinculado al PRO y al presidente de la comuna.
La gresca durante la reunión del Consejo Consultivo comenzó cuando un sector de la agrupación Boca Es Pueblo, con el apoyo de La Boca Resiste y Propone, solicitó incorporar una moción para declarar un rechazo vecinal a la cesión de terrenos de Casa Amarilla al club xeneize y la posibilidad de que en el futuro se construya un nuevo estadio de fútbol. Los referentes de ambos grupos participaron de un encuentro previo al de este jueves que se realizó en el cuartel de Bomberos de La Boca, donde se autoconvocaron vecinos y dirigentes barriales para reclamar que los terrenos en juego sean para lo anteriormente estaban destinados: construcción de viviendas sociales.
Esa postura se quiso oficializar delante del Consejo Consultivo, que tiene carácter institucional y siempre es convocado por la autoridad comunal, pero los constantes abucheos, gritos y murmullos devinieron en una batalla campal en la que volaron piñas y sillas y uno de los presentes terminó internado producto de un corte con arma blanca.
Se trata de Matías Scinica, de Boca Es Pueblo. La agrupación aglutina dirigentes barriales, artistas (son conocidos por pintar murales en la zona) y militantes sociales con poca relación directa con la política orgánica. El joven fue agredido por la patota que suele juntarse en la Plaza Solís, liderada por Corzo, y, luego de unos segundos de trifulca, recibió un puntazo en el cuello. Quien salió en su auxilio fue Fernando Abal Medina, que milita en la organización Descamisados. El hermano del senador kirchnerista Juan Manuel, junto a otros hombres, logró calmar la situación y proteger a Scinica, pero cuando salió de la sede comunal para pedir una ambulancia fue rodeado por los mismos agresores y recibió golpes de puño y patadas hasta quedar inconsciente.
Ambos fueron atendidos provisoriamente por dos enfermeras y luego fueron traslados al Hospital Penna. Pocos minutos después, llegó un grupo de diputados kirchneristas para acompañar a los damnificados. Mientras tanto, el desmadre en el edificio público (al ser sede comunal pertenece al Gobierno de la Ciudad) ubicado en la intersección de Avenida Perito Moreno y Del Barco Centenera se había disipado. Tanto en la administración de Larreta como en el kirchnerismo porteño confían en que “la verdad” se sabrá pronto debido a las cámaras de seguridad. En efecto, desde temprano, los fiscales Adrián Giménez y Marcelo Munilla (a cargo de la Fiscalía de Distrito de los Barrios de Nueva Pompeya y Parque Patricios) examinaban las nueve cámaras internas de la sede comunal.
Los funcionarios judiciales también cuentan con un dato clave para conocer cómo y quiénes comenzaron la batalla campal, que se vendió como una pelea entre barras pero estuvo lejos de serlo. Los líderes de las distintas facciones de La 12 se congregaron en la noche del jueves para discutir qué hacer con una medida que el presidente del club, Daniel “El Tano” Angelici, oficializó esta mañana: ampliar el derecho de admisión a más de 200 hinchas.
El detalle fundamental para la investigación judicial es que, para participar de una reunión del Consejo Consultivo, es necesario inscribirse vía correo electrónico. Además, al ingresar al encuentro que terminó en escándalo, se tomó lista. Es una práctica habitual y aceptada por quienes asisten a esas reuniones informales, en las que abundan los vecinos y las declaraciones ahí aprobadas no suelen impactar en las altas esferas del Ejecutivo local.
Uno de los primeros funcionarios PRO en enterarse fue el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, que marcó el teléfono del ex jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner para expresar su solidaridad y ponerse a disposición. El jefe de bloque del FpV porteño, Carlos Alfonso Tomada, estaba por comenzar a degustar un asado con familiares producto del festejo de sus 68 años pero debió suspender todo para dirigirse hasta el Hospital Penna, a donde también llegaron los kirchneristas Javier Andrade, Lorena Pokoik y Marcelo Ramal, del Partido Obrero.
En el camino, el ex ministro de Trabajo llamó al titular de la bancada PRO en la Legislatura porteña, Francisco Quintana. El macrista le informó que ya estaba al tanto de lo sucedido y que el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Martín Ocampo, también estaba trabajando en el tema.
Los dirigentes del Frente para la Victoria estuvieron en el Hospital Penna hasta la madrugada. Horas después, Scinica fue trasladado al Santa Isabel y Abal Medina, al Alemán.
A pesar de que quiso comunicarse que se trató de un enfrentamiento entre dirigentes políticos de La Cámpora y el PRO, esa versión no tiene asidero. Consultado por la trifulca, Rodríguez Larreta marcó: “No tenemos ninguna patota”. Pero los hechos, al menos, revisten un mayor análisis.
Es verdad que quienes promovieron la pelea forman un grupo minúsculo que tiene nula decisión en la cotidianidad, pero sí están entrelazados con dirigentes del oficialismo porteño y también del peronismo. Como prueba de esto, Corzo, que también administra un comedor y un centro de jubilados, es funcionario comunal y tiene un superior que dialoga frecuentemente con Larreta.
“El Cordobés”, que aparece en el vídeo, desde hace años reporta a “el Negro” Apreda, aunque también a Néstor “El Turco” Abbas, el armador político todoterreno del jefe de Gobierno. Como se explicó, Corzo también tiene nexo con Santa María.
Larreta y Apreda se conocen desde la época del PAMI, donde ambos fueron funcionarios. Tanto Apreda como Abbas acercaron al titular del SUTERH a su jefe político hace casi dos años, cuando ya soñaba con ser el reemplazante de Mauricio Macri. Su gremio, le explicaron, sería vital para vencer a Gabriela Michetti en la interna que ya por ese entonces era predecible. Tiempo después ese acercamiento político iría en aumento.
Tanto en el kirchnerismo como en el macrismo coinciden también en que la relación de las personas que se trenzaron con el club Boca y con la dirigencia es nula. Es cierto que la agrupación Boca Es Pueblo intenta inmiscuirse en la riña política del club de la ribera sur, pero el grueso de su trabajo de militancia es social y barrial. Lo mismo ocurre con el sector de "El Cordobés", que no tiene vinculación con La 12 ni con sus referentes. Por esta razón, desde ambos partidos políticos señalan que no se trató de una pelea por el club, ni por los terrenos, ni por las viviendas en juego, sino de un cruce por territorio, entre vecinos que son conocidos dirigentes del barrio que los une.