La ex presidenta Cristina Fernández fue procesada este viernes por el juez federal Claudio Bonadio por las operaciones de venta de dólares a futuro. El magistrado dispuso también un embargo por 15 millones de pesos sobre el patrimonio de la ex mandataria, pero no le dictó la prisión preventiva, como se especulaba que iba a hacer.
Bonadío, que a su vez está acusado de alentar al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, a pagar los contratos que causaron el quebranto al Estado nacional, mantiene un tenso enfrentamiento con la ex jefa de Estado, a quien procesó por el presunto delito de “administración infiel en perjuicio de la administración pública”.
También tomó la misma medida con el ex presidente del BCRA Alejandro Vanoli y el ex ministro de Economía Axel Kicillof.
La acusación a Cristina es la que provocó la multitudinaria movilización kirchnerista del pasado 13 de abril a los tribunales de Comodoro Py. Ese día, la ex presidenta acudió a declarar ante Bonadío en calidad de imputada, aunque sólo presentó un escrito y realizó una breve exposición ante el secretario del juzgado. El juez pasó unos minutos por su despacho y se quedó parado detrás de la ex jefa de Estado, con quien no cruzó palabras ni saludos.
CONTRAINVESTIGACIÓN. Los contratos de venta de dólar futuro que hizo el Banco Central en los últimos meses del gobierno anterior provocaron fuertes pérdidas al fisco nacional por el abrupto desfase de la cotización del dólar de un año a otro a raíz de la devaluación aplicada por el nuevo gobierno en el mes de diciembre.
Por eso, diputados kirchneristas realizaron una contradenuncia contra funcionarios macristas y empresarios ligados al PRO que habían comprado dólares a través de ese mecanismo y se habrían visto beneficiados por el fuerte salto del precio de la moneda estadounidense.
La denuncia fue impulsada por el fiscal federal Jorge Di Lello, que le pidió al juez federal Sergio Torres investigar al director del Banco Central Pablo Curat y al vicejefe de Gabinete, Mario Quintana.
Además de Curat y Quintana, Di Lello incluyó en la nómina de imputados a José Torello, jefe de asesores de la Presidencia y amigo de la infancia de Mauricio Macri.
El fiscal imputó también a las firmas Caputo -propiedad de Nicolás Caputo, amigo de Macri- y Chery Socma SA -que pertenece a la familia Macri.
RULETA. En los fundamentos del procesamiento de Cristina, Bonadio comparó la operación con una ruleta "descompuesta" donde solo gana la banca.
En ese sentido, sostuvo que "la operación financiera denominada compraventa de dólar futuro es una especulación en pesos (moneda de curso legal) contra la cotización futura del dólar estadounidense, cotización que es establecida por el Banco Central de la República Argentina (B.C.R.A.) cada día y que técnicamente se denomina dólar spot".
Según señaló, "hay dos clases de personas o sociedades que hacen estos contratos y es por dos intenciones distintas: o por especulación financiera pura y simple o porque se tienen obligaciones comerciales que vencen en un futuro y quieren fijar ya el precio de la cotización" y "al vencimiento del contrato se verá quienes ganaron dinero y quienes lo perdieron".
Pero "la operatoria bajo análisis, entre septiembre y noviembre de 2015, el que vende casi en exclusividad es el Banco Central de la República Argentina (B.C.R.A.)", que cumplió "un doble rol: por un lado vendía casi en exclusividad los contratos de dólar futuro y era el que día a día fijaba el precio del dólar spot".
"Para poner un ejemplo en el que entre el azar y dos partes contrapuestas, podemos decir que cuando alguien juega en un casino al juego de la ruleta, juega contra la banca -el dueño del Casino- y si apuesta un pleno juega contra otros 36 (treinta y seis), tenemos entonces dos partes y el azar en esta situación de equilibrio. Pero si el cliente se da cuenta que la ruleta está descompuesta y siempre la bola cae en el número 11 se pierde el azar y el casino perderá indefectiblemente cada vez que se tire una ronda de apuestas", señaló.
Así, añadió, "en la operatoria del dólar futuro que vamos a analizar a partir de ahora desde una perspectiva estrictamente técnica y realizada por el Banco Central de la República Argentina (B.C.R.A.), entre septiembre y noviembre de 2015 podemos afirmar sin dudar que la ruleta estaba descompuesta y todos sabían que siempre salía el mismo número, aun el B.C.R.A.", afirmó.