A pesar de que la tragedia de Costa Salguero, en la que murieron cinco jóvenes asfixiados por la ingesta de drogas sintéticas y se puso en duda la capacidad de control del Gobierno de la Ciudad, ocupa la agenda política porteña y deja en segundo plano al resto de los temas, el bloque PRO de la Legislatura porteña acelera los diálogos con el Frente para la Victoria, el radicalismo y Confianza Pública para aunar consensos y lograr la aprobación definitiva de la Agencia de Bienes en la sesión ordinaria de este jueves.
La negociación de principios de mes fracasó y el proyecto, elaborado por el Ejecutivo, debió esconderse para que atraviese todas las instancias parlamentarias y se enfriaran los ánimos en el recinto. Fue el propio Horacio Rodríguez Larreta quien aconsejó “esperar” unos días.
En la mañana del jueves siete de abril, el jefe de Gobierno porteño se comunicó con las autoridades del bloque PRO en la Legislatura de la Ciudad y pidió anular la discusión del expediente, producto de la negociación caída con el Frente para la Victoria. La bancada oficialista ni siquiera amenazó con tratarlo sobre tablas –como se analizó durante toda la noche del miércoles- y cerró filas en torno a la posibilidad de votarlo en quince días.
A pesar de que aún no se llegó al número necesario para la sanción definitiva – 40 votos- , el PRO confía en el apoyo de Graciela Ocaña, el del Frente Renovador y se desvela imaginando un total acompañamiento del kirchnerismo. Algo que, por ahora, no puede garantizarse.
Como contó Letra P, el bloque del FpV atraviesa una crisis pequeña pero de magnitud suficiente como para evitar la posibilidad de reuniones y la garantía de una votación conjunta que contemple a los 12 diputados. Con esto último sueña el macrismo, aunque la falta de diálogo entre la “Liga rebelde” y el sector ligado al PJ no atraviesa su mejor momento.
El grupo de diputados que no quiere votar la Agencia no se mueve de su posición, aunque promete “no profundizar la grieta”. “Que cada uno vote como quiera. Sólo hay que coordinar y no atacarnos entre nosotros”, dijo a Letra P uno de diputados más reacios al proyecto del PRO.
El macrismo tienta a Graciela Ocaña con un síndico, un lugar que se le ofreció al radicalismo pero no bastó para encontrar apoyo en el pelotón de legisladores que responden a Martín Lousteau. Tampoco rindió frutos el diálogo entre Diego Santilli y el primo del economista y flamante Representante Comercial en la embajada de Estados Unidos, Guillermo Laje. En el bloque PRO barajaron la posibilidad de hablar directamente con el ex ministro, pero la negociación se mantiene dentro de los límites de la Legislatura y la direccionan la vicepresidenta primera del Cuerpo, Carmen Polledo, y el jefe de bloque, Francisco Quintana.
Ambos confían en la “voluntad” del kirchnerismo para respetar el acuerdo de fin de año, suscripto entre Cristian Ritondo y Juan Manuel Olmos, que logró ordenar al bloque del FpV para la sanción en primera lectura de la Agencia de Bienes. Luego de la audiencia pública –abarrotada de reproches vecinales al proyecto-, la segunda lectura quedó en pausa.
En el medio de toda la discusión, como reveló este portal, los radicales levantaron su apoyo, el kirchnerismo se dividió en dos y el oficialismo buscó auxilio en el resto de los espacios opositores para que el expediente saliera a la luz en el mes de abril, como el propio Larreta reclamó en un desayuno de trabajo con sus diputados que se realizó en La Panadería de Pablo Massey.
La redacción actual del proyecto contempla la creación de un directorio compuesto por cinco miembros, que serán designados en totalidad por el Ejecutivo. Además, habrá un sexto director que entraría a propuesta de la Legislatura. Este lugar está reservado para el Frente para la Victoria. Precisamente, para el ex secretario de Empleo Matías Barroetaveña, que el viernes desfiló por los pasillos de Perú 160.
Como el PRO insiste en que “el texto no se toca”, se evaluó un nuevo camino para que el bloque SUMA + respalde la iniciativa: uno de los directores nombrados por el Ejecutivo se le ofrecerá al sector de Lousteau. En tanto, los tres síndicos serían para el macrismo, el kirchnerismo y Confianza Pública.
El PRO tiene 28 votos y agrega los tres que ofrece Ocaña, más los monobloques del Frente Renovador y Sindical Peronista. Es decir, cuenta con 35 seguros.
Por eso explora un nuevo acuerdo con los radicales aliados a “Guga” para acrecentar el número de adherentes. A los 33 seguros, si prospera esta jugada, se le sumarían seis. La cifra da 39 y no alcanza para el objetivo trazado. El bloque oficialista siempre buscar superar la barrera de los 40 votos necesarios para investir de " legitimidad " al polémico proyecto.
El Frente para la Victoria aporta cuatro votos seguros, pero si hay acuerdo interno la cantidad aumenta a 12. La situación es compleja porque mientras el PRO confía en esa docena de diputados y aspira a un entendimiento con SUMA +, ninguno de los dos bloques ha cerrado su postura en torno a la Agencia de Bienes.
El macrismo quiere darle punto final al asunto este jueves 21 de abril, aunque el apoyo completo del FpV –vital para llegar a los 40 votos- sigue en duda. Cómo culminará el tema es un enigma que bien podría incluirse en la obra de ficción “Misteriosa Buenos Aires” del escritor Manuel Mujica Láinez, de cuya muerte se cumplen 32 años esa misma fecha.
Además, la trágica fiesta electrónica de Costa Salguero movió el tablero político de la Ciudad de Buenos Aires y dejó en segundo plano el resto de los temas. De todas formas, el oficialismo insiste con la posibilidad de aprobarlo el jueves. Se definirá el miércoles y todo dependerá de los avances de la oposición, que pide por más respuestas de la Agencia Gubernamental de Control, el organismo que controla y fiscaliza habilitaciones.
Marchas, contramarchas y temor al acuerdo PRO-K
En diciembre de 2015 l Frente para la Victoria acompañó buena parte del paquete legislativo acordado con el PRO. Si bien hubo ademanes de reproche y planteos en la reunión de bloque previa a la sesión del tres de diciembre, la mayoría de los legisladores convalidaron la primera lectura de la Agencia de Bienes.
El oficialismo creía que esa tendencia se repetiría a la hora de votar la sanción definitiva. No esperaban que la audiencia pública fuera tan “lapidaria” con el proyecto. Tras esa instancia, el radicalismo bajó el apoyo y un grupo de legisladores K giraron en el mismo sentido.
En este último pelotón de ediles hay distintos factores que se ponen sobre la mesa para explicar el “no” a la Agencia: diferencias ideológicas, cuestionamientos a la constitucionalidad de la ley y falta de espacio en la negociación con el macrismo. Además, la queja recurrente es el temor a caer en el conocido “Pacto PRO-K”, inmortalizado por la izquierda porteña.
La creación de una Agencia que administre –con posibilidad de vender- los bienes inmuebles del Estado no escandaliza a nadie dentro del Parlamento porteño. No obstante, lo que reclama la oposición es que “no se saltee la Constitución” y que la Legislatura tenga incidencia en el proceso de enajenación de bienes, precisamente en el Plan Anual que la Agencia pondrá en práctica.
Esta modificación ya fue avalada por el PRO, además de la posibilidad de que ese documento sea girado a las comunas para una discusión más amplia. De todas formas, ese debate no es vinculante por lo cual tendría incidencia cero en la posterior venta de bienes.
Otro de los puntos polémicos es la venta de un sector del Tiro Federal. El club de Nuñez se dividiría en tres: una parte queda para que la asociación continúe con sus actividades, la Ciudad se reservaría una porción del terreno para la creación del Parque de la Innovación y el terreno restante será para un privado (trascendió que se levantaría un complejo inmobiliario, con dos torres sobre la Avenida Libertador).