Al afirmar que los despidos que se efectuaron en la administración pública desde el arribo del macrismo al poder se enmarcaron en "un proceso para tratar de ordenar el Estado", el jefe de Gabinete Marcos Peña minimizó los mismos al afirmar que "no" es "una cuestión de una dimensión tal como a veces se percibe" y que “estamos discutiendo una porción muy reducida” de personal que entró "en el último año" de la gestión kirchnerista "sin ningún concurso y muchas veces" asociado "a la militancia política".
Consultado por radio Continental, Peña consideró que la aplicación de cesantías "es parte de un proceso para tratar de ordenar el Estado, contra lo que ha sido un gran ingreso de cantidad de gente en los últimos diez años, casi 1.500.000 de empleados públicos nuevos en los tres niveles del Estado, provincial, municipal y nacional", sostuvo.
Peña, al volver a minimizar las cesantías, expresó: "Estamos discutiendo una porción muy reducida que, generalmente, se trata de ingresos del último año (de la gestión kirchnerista), sin concurso, sin proceso previo y no necesariamente siempre con una función específica". "El ordenar esas cuestiones es importante para que el Estado pueda brindar mejores servicios", concluyó.