En la sesión de labor parlamentaria del miércoles por la tarde, el jefe de bloque PRO, Francisco Quintana, le comunicó al resto de los titulares de bancadas que el oficialismo estaba dispuesto a otorgar cinco minutos por bloque para que se escuchen distintas posiciones sobre el aniversario del golpe de estado de 1976 del que la semana se cumplirán 40 años.
Este jueves los bloques aceptaron la propuesta y hubo muchos oradores anotados para compartir algunas palabras de reflexión, crítica o condena sobre el accionar de la dictadura cívico militar que se extendió en la Argentina hasta 1983.
“Siempre debemos poner en primer lugar el diálogo y la búsqueda de consenso, porque es nuestra responsabilidad respetar el sistema democrático que tanto nos costó conseguir como sociedad”, destacó Quintana.
Por su parte, la macrista Cecilia De La Torre aseguró que el bloque seguirá acompañando las iniciativas que tengan como propósito conocer la verdad y obtener justicia.
Por su parte, José Luis Acevedo hizo especial hincapié en la necesidad de “construir consensos desde las diferencias”, mientras que Maximiliano Sahonero recordó la figura de Ricardo Alfonsín y agradeció a quienes actualmente comparten su testimonio.
Carlos Tomada, jefe de la bancada del FPV, dijo, sostuvo: “Algo que hemos aprendido definitivamente los argentinos es la diferencia insalvable entre democracia y dictadura: es la diferencia entre la vida y la muerte”.
Para el ex ministro de Trabajo, “los poderes económicos, el establishment o la derecha limitan la acción de nuestra soberanía como país, para decirlo en términos más actuales en procesos de endeudamiento”.
“Y esto pasó el 24 de marzo del 76 en forma siniestra. Una dictadura cívico militar que destruyó la industria nacional, atacó al Estado, a los trabajadores, al trabajo, a las instituciones del mundo del trabajo”, enfatizó.
A su vez, el kirchnerista marcó que “se trató de un ciclo terrible de disciplinamiento social que destruyó la industria nacional, atacó al Estado presente que se había construido en nuestro país, y principalmente atacó al trabajo, a los trabajadores, a sus organizaciones, a la huelga y a la negociación colectiva”.
En ese sentido, Tomada señaló que “la metodología de muerte y persecución cambió”. “La modificamos entre todos a fuerza de democracia, memoria, verdad y justicia. Pero los objetivos económicos y financieros, no”, agregó.
A su vez, Paula Oliveto (Coalición Cívica) había señalado que “no se puede partidizar el reclamo de verdad y justicia” y que “no hay muertos más importantes que otros como tampoco hay madres cuyo dolor sea más importante que el de otras madres doloridas”.