Los copropietarios y los inquilinos de la Ciudad de Buenos Aires rebautizaron a la ley N°5464 como “ley Muñoz” porque el ex diputado kirchnerista Fernando Muñoz fue quien presentó el proyecto. No obstante, la aprobación del expediente se dio merced a un acuerdo más grande del que el edil y varios de los que apoyaron la iniciativa quedaron afuera.
Alrededor de las nueve de la mañana del tres de diciembre de 2015 el peronista Juan Manuel Olmos se presentó en el tercer piso de la Legislatura porteña e ingresó al despacho de la diputada y presidenta de la bancada del FpV, Gabriela Alegre. Participó de la reunión de bloque como si fuese un diputado más.
Horas después, durante la sesión en la que se aprobó el presupuesto para el primer año de gestión de Horacio Rodríguez Larreta, el PRO y el kirchnerismo confluían en la aprobación de una serie de iniciativas claves y exigidas por el Ejecutivo porteño. Olmos ya no estaba en el edificio de Perú 160, pero, fiel a su estilo, dejó su marca.
El ex titular de la Magistratura negoció con el oficialismo porteño durante días para llegar a un acuerdo que beneficie tanto al PRO como al Frente para la Victoria. Su compañero y titular del PJ, Víctor Santa María, estaba interesado en la creación del Consejo de la Propiedad Horizontal, un organismo, que según la redacción del expediente, tiene 11 autoridades y 6 están vinculadas al actual diputado del Parlasur.
A pesar del liderazgo de Olmos y la búsqueda del Frente para la Victoria de llegar a un acuerdo con el oficialismo, la reunión fue tensa. José Campagnoli, Lorena Pokoik y Paula Penacca se plantaron ante el peronista y mostraron disconformidad con el acuerdo. En la sesión, a la hora de votar la ley de creación de la Corporación Metropolitana, pedida por Larreta y garantizada por Ritondo, las mujeres se apartaron del recinto para no convalidar el expediente, mientras que el sabbatellista votó en contra.
De todas maneras, eso no ocurrió con todo el paquete legislativo. En el resto de las iniciativas prevaleció la búsqueda de mostrar unidad para no votar de manera fragmentada y generar un ambiente “conflictivo” para llegada de Carlos Tomada a la jefatura de bloque, que ocurrió siete días después, cuando se oficializó el recambio legislativo.
El acuerdo entre ambos partidos trajo como corolario la sanción en primera lectura de la creación de la Corporación Metropolitana (una S.A que puede enajenar y disponer sobre el patrimonio de la Ciudad, como el Mercado de Pulgas, por ejemplo); el reparto de cargos en la Magistratura (ingresó una abogada del riñón de Olmos), Auditoría y el Banco Ciudad; la concesión del centro de exposiciones y la aprobación definitiva de un permiso de uso de 45 hectáreas para la Asociación Golf Club José Jurado, un viejo proyecto de Cristian Adrián Ritondo que en años anteriores dividió al kirchnerismo y hasta generó un confuso episodio de amenazas y gritos en el recinto.
Naturalmente, la novela del acuerdo contaba un capítulo especial destinado a la sanción del Consejo de la Propiedad Horizontal. Lo curioso fue que pocos se percataron de lo que se estaba votando.
La Legislatura porteña sancionó con 58 votos positivos y 2 abstenciones (Coalición Cívica) la Ley N°5464. Promediando la tarde de ese jueves, se votó junto a otras tres tablas y buena parte de los diputados, por la vorágine de la sesión, desconocía a ciencia cierta los pormenores del expediente presentado por el kirchnerista Muñoz el 20 de noviembre a las 13.35. El proyecto tuvo un giro hacia la comisión de Legislación General, pero jamás fue tratado en ese cuerpo y llegó al recinto el mismo día en que obtuvo luz verde.
En esa sesión, con una jugada hábil, el vicepresidente primero del Parlamento, Cristian Adrián Ritondo, solicitó tratar cuatro tablas juntas (de la 22 a la 25) y los bloques de la oposición no objetaron el pedido. En cuestión de minutos se aprobaron todas. A menos de quince días de su presentación, el proyecto de creación del Consejo de la Propiedad Horizontal ya era ley. Un trámite rápido y eficaz.
La llegada del ex titular de la Magistratura de la Ciudad al bloque kirchnerista se mantiene hasta la actualidad y en el oficialismo se congratulan con la situación. Pasan los jefes de bloque, las autoridades legislativas y hasta el jefe de Gobierno, pero el PRO, en su territorio, prefiere siempre acordar con el kirchnerismo en general y con el ex legislador en particular.
Un acuerdo que causó un terremoto interno
A pesar de haber sido electa como vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, todavía se muerde los labios cuando ve las fotos del actual alcalde y el titular del PJ local. Está convencida de que un grupo de afiliados al SUTERH votaron por su rival en la interna porteña de abril y dejaron de lado la boleta del candidato kirchnerista a la Jefatura de Gobierno, Mariano Recalde.
El argumento que da la ex vicejefa es una serie de actos que Santa María y Rodríguez Larreta compartieron producto de la entrega de botones antipánicos a encargados de edificios, todo en el marco de un convenio entre SUTERH y la Ciudad y poco tiempo después de la interna que dividió al PRO.