Los fuertes cruces que se dieron en la última semana en el Congreso nacional entre Cambiemos y el Frente Renovador –que actuó amalgamado al peronismo/kirchnerismo y bloques progresistas- por el proyecto para modificar las escalas en el Impuesto a la Ganancias, las elecciones legislativas del año que viene y la necesidad del Frente Renovador de sostenerse en la “ancha avenida” sin quedar pegado al Frente para la Victoria/Peronismo y mostrarse como una fuerza opositora modificarán la relación bonaerense entre María Eugenia Vidal y Sergio Massa, un vínculo que funcionó sin sobresaltos en la Legislatura. Por eso, el año que viene todo será distinto en territorio bonaerense y, particularmente, en el Parlamento provincial.
“Vamos a tener un perfil netamente opositor”, le explica un diputado del Frente Renovador a este medio. Habla de cómo será 2017 en la agenda legislativa. Este año, Cambiemos cedió en algunos tramos a la agenda del massismo. No será así en los próximos meses.
Agotado el año, algunos senadores provinciales del oficialismo –del PRO- también reconocen que al líder del FR “se le dio mucho”. Cuando inició su gestión, la gobernadora Vidal eligió al tigrense como su principal aliado legislativo para tener los votos que faltaban ya que Cambiemos no cuenta con mayoría propia en el Senado ni en Diputados.
El pacto con Massa tuvo su costo para el oficialismo: ceder la presidencia de la Cámara de Diputados y que durante 2016 fuera presidida por el economista Jorge Sarghini. Vidal también le dio lugares al FR en el directorio del Banco Provincia. El ex intendente de Junín Mario Meoni y el asesor en temas sociales del massismo y ex ministro de Desarrollo Social bonaerense, Daniel Arroyo, ocupan sillas en ese ámbito tan codiciado. Al ex diputado provincial de la misma fuerza Mauricio D’Alessandro también lo nombraron en el Grupo Banco Provincia (BAPRO), que preside el intendente de Vicente López, Jorge Macri.
100% DE EFICIENCIA. La ex vice jefa del Gobierno porteño pidió varias leyes a la Legislatura bonaerense. Con un peronismo partido en la composición de bloques durante todo el período legislativo, la mandataria aprovechó para poder dotarse de todas “las herramientas de gobierno” –como le gustaba decir al massismo cada vez que acompañaba las votaciones- para transitar la gestión. Vidal tuvo las emergencias de Seguridad y Servicio Penitenciario, Infraestructura y Administrativa. Eso le permitió apurar procesos de licitación y ejecución en esas áreas. En el Ejecutivo apuestan a que, sobre todo la emergencia en Infraestructura, se traduzca en obras en la primera parte del año para encarar el tramo electoral con gestión que mostrar.
En esa relación con la fuerza del tigrense la mandataria tuvo que ceder a la agenda del massismo. Así fue como los proyectos de paridad de género, que esablece el 50 por ciento de mujeres en las listas de candidatos, y el fin a las reelecciones indefinidas de diputados, senadores, intendentes, concejales y consejeros escolares se convirtieron en leyes. Sin embargo, los legisladores de Cambiemos no tardaron en recordar que esas normas se aprobaron gracias al compromiso de la gobernadora. Hubo allí una guerra de cartel.
"Quiero decirles que podremos tener distintas formaciones, ideas, propuestas, pero eso no debe impedir que debatamos y que encontremos los consensos necesarios para gobernar". María Eugenia Vidal, ante diputados y senadores de todas las fuerzas al abrir el período legislativo, el 1 de marzo de 2016.
En la Cámara de Diputados, Sarghini dejará la presidencia. La ocupará el vidalista Manuel Mosca y aún definen qué hacer con la vicepresidencia. El plan original era que fuera para el massismo. Sin embargo, todo se alteró. Si el peronismo enfila a sus bloques (que incluyen a La Cámpora, los más cercanos al PJ bonaerense y los de relación con los intendentes del Grupo Esmeralda) reúne 36 diputados, es decir, 36 manos para pelear la vicepresidencia. Esa negociación, que el peronismo no da por cerrada, transita a la par con el debate del Presupuesto 2017 y el endeudamiento.
En el último fin de semana, legisladores del massismo hicieron circular un video por WhatsApp fustigando al presidente Mauricio Macri. “En un año juntos, Macri posee 29 sociedades offshore. En otras 18 figuran funcionarios de Cambiemos y ahora Macri decretó que sus familiares puedan blanquear la guita. Vos argentino, fumate el tarifazo y pagá los impuestos, que Macri nunca los pagó”, cierra el video (sin firma). Es otra demostración de lo que se viene y que el Ejecutivo bonaerense reconoce.
Vidal empezó a los tumbos su año legislativo. Sacó por decreto las emergencias y tuvo que retractarse derogándolos para que pasaran por la Legislatura. Pidió casi 120 mil millones de pesos para endeudarse y las cámaras terminaron aprobando –recién a mediados de enero- el Presupuesto 2016 con un endeudamiento de 60 mil millones, de los cuales 10 mil millones eran para municipios. Fue entonces cuando entraron en escena los intendentes del PJ. Para el ejercicio 2017, el Presupuesto incluye un pedido de deuda que puede alcanzar los 93 mil millones de pesos. La oposición, el PJ, se lo bajará considerablemente.
Se espera que, en términos legislativos, 2017 sea un año de baja intensidad, con la gobernadora a la cabeza de la campaña de Cambiemos, sin responder acusaciones pero con pequeñas sutilezas como las que empezó a ensayar este fin de semana en una entrevista concedida desde su despacho en la sede porteña del Banco Provincia al diario Clarín. Al ser consultada por el proyecto que la oposición impuso en el Congreso sobre Ganancias, dijo que no le parece “ni serio, ni responsable el proyecto que se votó”. Reconoció que habló con Massa al respecto, pero que tienen “posturas distintas”.