La oposición logró unificar posiciones y le impondrá esta noche su ley de Ganancias al Gobierno, que tropieza hacia fin de año con su propia promesa de campaña electoral. El acuerdo, que implica un costo fiscal de 65 mil millones de pesos, fue consensuado entre el Frente para la Victoria, el Frente Renovador, el Bloque Justicialista y Progresistas, y logrará un amplio apoyo en el recinto.
"Hemos unificado nuestras posturas. Ha prevalecido el interés de los trabajadores", anunció a la tarde en el salón de los Pasos Perdidos el presidente del Bloque Justicialista, Oscar Romero, rodeado por los líderes de las demás bancadas que celebraron el acuerdo. En la mesa estuvieron los massistas Graciela Camaño y Facundo Moyano; Victoria Donda, Alicia Ciciliani y Federico Masso, de Progresistas; Sergio Ziliotto, también del Bloque Justicialista; Héctor Recalde, del FPV; Leonardo Grosso, del Peronismo para la Victoria; y Alcira Argumedo, de Proyecto Sur.
También se sumaron los economistas Axel Kicillof (FPV) y Marco Lavagna (FR), encargados, junto a Diego Bossio, del bloque Justicialista, de llevar las negociaciones que se iniciaron la semana pasada y que llegaron a buen puerto casi sobre la hora, con la sesión comenzada. "Acá todos tuvimos que ceder algo. Es un trabajo de todos", celebró Recalde. "Llegamos a este acuerdo porque advertimos que la estrategia del Poder Ejecutivo era que la ley no se discutiera hasta negociar las paritarias", explicó Camaño.
Ya el martes por la mañana, antes del comienzo de la sesión, el peronismo en todas sus expresiones se reunió en el despacho de Romero, para acercar posiciones. Del encuentro participaron Kicillof y Juan Cabandié, por el Frente para la Victoria; Lavagna y Héctor Daer, del Frente Renovador; Pablo Kosiner, Ziliotto y Romero, por el Bloque Justicialista. Las negociaciones continuaron durante toda la tarde y rotaron desde las oficinas del bloque del Frente para la Victoria al despacho de Camaño, donde coincidieron varias veces Kicillof, Lavagna y Bossio. A las conversaciones se sumó también el titular del bloque PJ-Frente para la Victoria en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, que mantuvo línea directa con los gobernadores.
"El proyecto está medianamente consensuado con el Senado", aseguró Camaño durante la conferencia. Desde la Cámara alta, por ahora, no hubo ningún guiño oficial al texto. Según informaron desde el bloque del PJ, Pichetto no prestó "ningún acuerdo específico ni extendió ningún compromiso a futuro en el Senado, sino que simplemente escuchó" en qué consistía la discusión en Diputados.
Dado que la palabra de los gobernadores es crucial en la discusión, ya que Ganancias es un impuesto coparticipable, en el oficialismo aún hay expectativas de que el proyecto consensuado entre los bloques opositores sufra modificaciones en el Senado, donde la voz de los mandatarios provinciales se hace oír mucho más que en Diputados.
Sin embargo, desde la Cámara baja también hubo cruces de llamados con las provincias. "Hubo gran comprensión por parte de los gobernadores, que entienden que con dos millones de trabajadores pagando Ganancias, como ahora, se produce un ahorcamiento al consumo que también los perjudica. La idea es generar el efecto que todos quieren, de aliviar el bolsillo de los trabajadores", dijo Kicillof. En tanto, los diputados del bloque Justicialista se referencian directamente en los gobernadores del peronismo, mientras que Ciciliani responde al santafesino Miguel Lifschitz, por lo que un sector del oficialismo también entendió que la voz provincial había sido escuchada. "Los gobernadores le dicen una cosa al Presidente y les mandan hacer otra cosa diferente a los diputados y senadores. A esta altura ya lo tendrían que saber en la Rosada", protestó un diputado oficialista.
Las tensiones del Gobierno con los gobernadores fueron precisamente parte de la situación que condujo al escenario en el que Cambiemos verá fracasar su dictamen de mayoría en el recinto. El lunes, el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, salió a destrozar el DNU del presidente Mauricio Macri que eliminó los reembolsos a las exportaciones por puertos patagónicos y anunció el enojo de varios mandatarios provinciales. “He hablado con muchos gobernadores y hay enojo por la centralización de obras en la provincia de Buenos Aires”, dijo el chubutense, que se convirtió en vocero de los mandatarios patagónicos.
“Mientras que no den marcha atrás con los reembolsos, los diputados de Chubut no acompañan ninguna medida más del Gobierno”, anunciaron desde la administración de Das Neves. El oficialismo en la Cámara de Diputados se resignó. “Esto lo tienen que arreglar allá”, dijo un diputado del oficialismo, en referencia a la Casa Rosada.
Ya para el mediodía, Cambiemos había bajado las expectativas de poder llegar a un acuerdo con la oposición. “No hay diálogo con ningún bloque, seguimos con nuestro proyecto. No tenemos margen para negociar nada.”, dijo a Letra P un referente del oficialismo que escuchó la orden que bajó desde Casa Rosada, que indicaba únicamente "resistir" con el proyecto del Ejecutivo..
El jueves, el oficialismo había conseguido emitir dictamen de mayoría, mientras que la oposición había presentado otros tres propuestas: una del Frente para la Victoria (a la que se sumó Carlos Heller), otra del Frente Renovador, apoyado por el Bloque Justicialista y Progresistas, y el último, del Frente de Izquierda. Pero ya ese día los referentes de todos los bloques habían iniciado conversaciones y avizoraban un acuerdo.
Sin embargo, parte del oficialismo apostó a que las conversaciones con Massa le permitirían alcanzar la mayoría, según dijo el mismo jefe de Gabinete, Marcos Peña. Pero se trabaron rápidamente, “Hablamos con Massa pero estábamos muy lejos en el mínimo no imponible. Ellos no se mueven de ahí. Nosotros ponemos el foco en las escalas”, explicó un diputado de Cambiemos que participó de las negociaciones.
Sin Massa y con los gobernadores sin ánimo de colaborar - pese a que varios diputados del peronismo pasaron por el despacho del jefe del bloque del PRO, Nicolás Massot, para acercar posiciones - el oficialismo fue viendo a lo largo de la jornada, con resignación, cómo la oposición se quedaba con la última batalla del año.