Luego de la reestructuración del gabinete propuesta por la gobernadora María Eugenia Vidal y aprobada por la Legislatura semanas atrás, los cambios ya están instrumentados, aunque, a diferencia de como había sido hasta ahora, no hubo acto de jura de los nuevos ministros. Ni tampoco lo habrá. Cada uno de los nuevos titulares de área firmó ante la escribana pública la oficialización de su nueva tarea, en silencio.
Tanto Federico Salvai –Jefatura de Gabinete- como Roberto Gigante –Infraestructura- y Joaquín De la Torre –Gobierno- cumplen sus respectivas funciones desde la primera semana de diciembre. Fue Vidal quien lo confirmó en público precisamente el lunes pasado, cuando celebró en conferencia de prensa junto a los ministros Hernán Lacunza –Economía- y Marcelo Villegas –Trabajo- el acuerdo en paritarias con los trabajadores estatales para todo 2017.
Según chequeó Letra P con fuentes de las distintas carteras, ya todos los funcionarios están al frente de sus nuevos despachos.
Por ejemplo, Gigante protagoniza reuniones con intendentes y no hay mayores novedades en la estructura de su cartera, tras la partida de Edgardo Cenzón. Por ahora, lo que es públicamente conocido y que generó las críticas del kirchnerismo más duro: la novedad de Francisco Echarren –intendente de Castelli- a Vivienda.
Lo mismo está haciendo el ex jefe comunal de San Miguel, quien por el momento se está adaptando, conociendo la estructura y acomodándose, aunque esto último se hará efectivo por completo pasado el verano. En principio, iba a utilizar las oficinas cercanas a la de la gobernadora, en calle 6, pero ésas –las que ocupó Gigante- finalmente serán para Salvai, quien cede a De la Torre las que utilizó hasta el día de hoy.
Lo concreto es que todo fue en silencio, sin que se explicara oficialmente el motivo. “Ya eran todos ministros y lo siguen siendo, preferimos no hacer más ruido, ya está, ya pasó”, señalan en los pasillos de Gobernación para justificar la decisión de no realizar un acto formal de jura, como sí lo hicieron cada vez que un funcionario tuvo que asumir su cargo desde diciembre de 2015.
Lo cierto es que, previo a la semana pasada, cuando sí se esperaba una ceremonia en el Salón Dorado de calle 6, el entonces titular de Producción comenzó a hacer llamados a distintos intendentes para que lo acompañasen en su jura, algo que no ocurrió cuando a fines de agosto se observó un faltazo generalizado: solamente un par de mandatarios municipales dijeron presente cuando en realidad, en la previa, se esperaba un aluvión peronista. De la Torre llegaba al gobierno como “la pata peronista”.
De la Torre iba a utilizar las oficinas cercanas a la de la gobernadora, en calle 6, pero ésas –las que ocupó Gigante- finalmente serán para Salvai, quien cede al ex massiata las que utilizó hasta el día de hoy.
A modo de revancha, en esta nueva jura que no fue, el ex massista tenía preparada una recepción mucho más bulliciosa que aquella de hace casi cuatro meses. Según pudo saber este portal, habían garantizado la presencia de un grupo numeroso de intendentes.
“Por ahí en el sentido común y para el periodismo es que con todos estos cambios anunciados por Vidal, el que más gana es De la Torre, que entró en Producción y ahora va a ser el contacto con todos nosotros como ministro de Gobierno”, dijo un intendente del interior. Por eso, también para evitar cualquier malestar y resquemor interno en el gabinete, lo mejor fue no hacer ninguna ceremonia, aunque allegados a la gobernadora desmientan que haya sido por eso.
De la Torre llega al gobierno para hacer el trabajo de territorio, levantar el teléfono, dialogar y viajar semana tras semana para ver a intendentes; todo en el marco de la campaña de cara a las elecciones legislativas, en donde Cambiemos se juega el futuro. De esta manera ocupa el ex lugar de Salvai, quien al transformarse en jefe de Gabinete, ahora se consolida como la mano derecha de la gobernadora. Ambos ya comenzaron a trabajar, en silencio.