El escenario de agudizada recesión y caída de consumo que rodea una creciente desocupación logró aunar de forma inédita, en la marcha de este viernes en reclamo por la sanción de la Ley de Emergencia Social, a sectores de extraciones diversas que no solían caminar las calles de la protesta por el mismo carril. Sin embargo, como lectura previa y reacción inmediata a posteriori, el gobierno de Mauricio Macri no cambió una postura mechada por el silencio y la desligitimación para no hacer acuse de recibo de la multitudinaria movilización en la cual hasta el mesurado triunvirato de la CGT cambió el tono (otrora esquivo a las confrontaciones con el Ejecutivo) para advertir en los umbrales de fin de año: "Terminó el tiempo de espera".