Emergencia social

Intransigente, el Gobierno ignoró el reclamo de un frente de protesta inédito

Entre el silencio y la deslegitimación de una marcha que aunó múltiples sectores. La CGT cambió el tono y en los umbrales de fin de año advierte: "Terminó el tiempo de espera".

El escenario de agudizada recesión y caída de consumo que rodea una creciente desocupación logró aunar de forma inédita, en la marcha de este viernes en reclamo por la sanción de la Ley de Emergencia Social, a sectores de extraciones diversas que no solían caminar las calles de la protesta por el mismo carril. Sin embargo, como lectura previa y reacción inmediata a posteriori, el gobierno de Mauricio Macri no cambió una postura mechada por el silencio y la desligitimación para no hacer acuse de recibo de la multitudinaria movilización en la cual hasta el mesurado triunvirato de la CGT cambió el tono (otrora esquivo a las confrontaciones con el Ejecutivo) para advertir en los umbrales de fin de año: "Terminó el tiempo de espera".

"A muchos debería ponérsele roja la cara, porque apoyar este proyecto, cuando hace un año hablaban de que teníamos menos pobreza que en Alemania, deberían estar por lo menos avergonzados", disparó el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien no dudó de hablar de "una manifestacion política", orientando la mira al kirchnerismo. Por su parte, el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, retrucó las consignas del reclamo: "Hemos dado muchas muestras del nivel de preocupación social que tiene el Gobierno".

Con mayor muñeca política, sólo el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, calificó como "importante" la marcha y adelantó que Cambiemos no va "a trabar el debate" de la iniciativa en el Congreso apelando a la impronta de "diálogo" sobre la que hace bandera la Casa Rosada. Sin embargo, de inmediato, puso de manifiesto que el Gobierno no se movió un ápice de su visión acerca del proyecto: "Es solo una enunciación de objetivos”, cuestionó para añadir: "Es una ley poco clara, incompleta y, a mi juicio, no tan seria", deslizó el funcionario a Radio Mitre. Según Frigerio, el proyecto "no plantea de dónde sale los recursos" para la creación de un millón de empleos.

Menos diplomático fue el diputado radical Mario Negri, quien etiquetó de “acto demagógico” el proyecto de Ley de Emergencia Social. "Argentina tiene niveles de endeudamiento con una tolerancia por la confianza que se logró porque se cambió el contexto, pero está muy lejos de pensar que el gobierno va a hacer populismo con la deuda, en vez de hacer populismo con la soja, como hacían otros”, disparó el legislador a Cadena 3 de Córdoba. Y apuntó: “A Hugo Yasky nunca lo vi encabezando un acto cuando Cristina vetaba el 82% móvil de los jubilados”.

Pero no sólo la CTA de los Trabajadores conducida por Yasky participó de la marcha de este viernes. La CTA Autónoma conducida pro Pablo Micheli, organizaciones sociales de distintas extracciones, dirigentes y militantes del variopinto abanico peronista, agrupaciones de izquierda y hasta la CGT unificada (algo que también logró generar el gobierno de Macri) se hicieron presentes.

Respecto a esta última, uno de los miembros del triunvirato conductor, Carlos Acuña, puso de manifiesto un cambio de tono hacia el Ejecutivo: "Terminaron los tiempos de espera", y reclamó al gobierno nacional que se "haga cargo" de la situación social y que dé "respuestas concretas" a los trabajadores.

Y no sólo en el arco gremial las posutras moderadas se endurecieron. También aquellos dirigentes poco afectos a las declaraciones altisonantes rompieron el hielo: "Ya tuvimos este modelo económico con los militares y en los 90", disparó el ex ministro de Economía y actual asesor massista del área, Roberto Lavagna, quien, sobre la toma de deuda, recordó "lo que costó sacarse de encima esa piedra (el endeudamiento) que había quedado en 2001". "Cuesta muchísimo trabajo y esfuerzo social. En cambio, aumentar la deuda rápidamente cuesta muy poco. Los que ganan con este dinero, son muy flexibles cuando les conviene, pero después dejan un efecto muy negativo".

No obstante, las proyecciones de reactivación ecónómica regada por una lluvia de dólares siguen siendo eje de las apariciones públicas del ministro de Hacienda. Pero ni siquiera la consultora que supo presidir Rogelio Frigerio cuenta con ese diagnóstico para el futuro próximo. Así, "Economía y Regiones" informó que no es cierto que la recesión se haya acabado y afirmó que no hay sector económico que “se salve” de la crisis, para agregar que “hasta los datos oficiales confirman que todavía no hay brotes verdes".
Todo esto, en un marco de contracción de la actividad industrial, merma en las exportaciones y caída en las ventas minoristas.

Cabe recordar que, según adelantaron a Letra P fuentes del supermercadismo, en septiembre el consumo general en esos comercios cayó 8,8% promedio contra igual mes del año anterior. En tanto, entidades y empresas aseguran que la compra de alimentos caerá al menos 5% este año y que los niveles de compra están en los de la peor crisis de la historia económica argentina, la de 2001.

Ante eso, la administración amarilla mantiene el perfil intransigente ante planteos que son desestimados por "populistas" y marchas deslegitamadas por el tenor "político".
 

 

Victoria Villarruel. 
Victoria Villarruel.

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