En diálogo con Letra P, el embajador argentino en la OEA, Juan Arcuri, dijo que es imposible saber cómo será la nueva relación de Argentina y América Latina con Estados Unidos a partir del triunfo del republicano Donald Trump en las elecciones del martes pasado, porque "no está muy clara la posición" sobre la región del mandatario electo. Además, analizó la continuidad o no del deshielo con Cuba y el diálogo en Venezuela.
-¿Qué análisis hace del triunfo de Trump? ¿Fue inesperado?
-Estando como embajador en Turquía empecé a seguir a Trump a través de las cadenas de noticias. Al principio, noté como que todo el mundo se reía y que él también se lo tomaba un poco para la broma, hasta que un día, en un reportaje, le dicen “¿usted qué opina de que cada vez tiene más gente, etcétera? “ Y él responde: “Al principio estaba claro que venían a reírse de lo que yo decía, después pensé que venían a verme a mí pero creo que vienen porque les gusta el mensaje”. Y yo creo que ahí hay que buscar la clave. No hay que ser adivino. Ya pasó con el Brexit, pasó con Colombia, yo creo que las sociedades tienen ahora otras lecturas (distintas) de las que podemos hacer desde la política, desde el análisis técnico profesional. Creo que hay que empezar a mirar qué está pasando en nuestras sociedades que lleva a que la gente salga por otro lado. Yo les confieso que es shokeante, pero no me sorprendió porque el discurso de Trump iba dirigido a un segmento muy importante de este país, que es la parte conservadora que no tiene un pensamiento sofisticado. Hay un antes y un después con un hombre que es extremadamente audaz y muy inteligente. Por eso llega adonde llega en lo que emprende y contra todo. De todas maneras, abrimos un espacio de esperanza para la Argentina de continuar en la senda de la cooperación.
-¿Cuáles son las expectativas para la Argentina y la región con Trump de presidente?
-La única mención específica a la región fue en el tema México, que, en términos políticos, garpó, pero en realidad, respecto a la región, no está muy clara su posición. No hay referencia de asesores porque la pelea de él fue estrictamente personal y apenas aparecía su candidato a vicepresidente, Mike Pence. No se sabe bien quiénes lo acompañarían en su política exterior. Si será gente de su partido o de la academia. El partido le tiró en contra en la campaña, así que no debería ser automática la presencia de los especialistas republicanos en su gabinete. Y las corporaciones no lo quieren justamente porque él es un lobo estepario y no lo pueden manejar fácilmente. Eso es lo que se puede observar pero estamos en una situación absolutamente preliminar.
-¿Cuál es la situación de Venezuela hoy en relación a su vínculo con la OEA?
-Tengan en cuenta que la OEA es uno de los organismos más democráticos, donde cada país tiene un voto y no hay poder de veto y donde todas las decisiones se toman por consenso. Por eso, no se pudo avanzar más con la situación en Venezuela. Toda la normativa que tenemos para la protección de la democracia, que es la Carta Interamericana y otras, no prevé el caso específico de Venezuela. La Carta está diseñada para que un gobierno democráticamente elegido en situación de estar amenazado por una desestabilización convoque a la OEA para que vaya en su ayuda. Esto es al revés: el Gobierno venezolano no va a convocarnos y eso explica por qué no se pudo hacer más de lo que se hizo, que se hizo mucho. Durante nuestra Presidencia temporaria, se logró sacar la primera declaración por consenso, señalando la preocupación de toda la región por la situación en Venezuela y llamando a las partes al diálogo, que es lo que está pasando. Eso es lo que pudo hacer la OEA después de cuatro años en los que no pasaba nada. Ahora estamos viendo cómo desde la OEA acompañamos el proceso de diálogo vigente sin que se sientan agraviados desde el Gobierno venezolano.
-¿Qué se puede esperar respecto al acuerdo con Cuba? ¿Se va a desarmar?
-Con certeza no se sabe nada. Entiendo, por su personalidad, que Trump va a evaluar si le sirve o no le sirve cómo está la cosa con Cuba. Tal vez vaya él personalmente y diga “a partir de ahora vamos a poner 14 hoteles Trump acá” y el comunismo bueno, que quede del otro lado de la vereda. Creo que va a cometer su locuras en ese contexto.