Desde la conducción de la Unión Cívica Radical (UCR) de Río Negro bajan un claro mensaje: el 2017 será el tiempo de marcar la cancha en el frente Cambiemos y ya no se tolerarán más “destratos” por parte de los representantes nacionales. Con el titular del partido Darío Berardi a la cabeza, la pata orgánica del radicalismo busca un nuevo lugar en la alianza para ser parte de las discusiones centrales de políticas públicas en la provincia. Un proceso de normalización que demanda comisiones para alinear comités, encuentros y reformas profundas avanza a paso firme. Y, desde la región andina, un sector disidente del PRO reaparece para encontrar su lugar con representantes en toda la Patagonia.
El frente Cambiemos rionegrino demuestra los problemas que tiene la alianza oficial en diferentes distritos. La tensa relación del PRO y la UCR vuelve a escena tras el recambio de autoridades en el centenario partido que ratificó a Berardi en la presidencia. Según pudo recopilar Letra P con el testimonio de representantes de la actual conducción, se trabaja en un plan para readecuar el pacto que conformó la sociedad electoral.
Cansados por el destrato, y la falta de espacios, en el radicalismo iniciaron una renovación que aportaría otra fuerza en tiempos de campaña. Los 28 años de gobernación provincial dejó, según remarcan, notable experiencia en diferentes temas sensibles –hoy en crisis– como fruticultura o minería. “Somos parte de Cambiemos pero necesitamos una muestra diferente, el destrato no conduce a nada. Es fundamental el respeto del resto de los socios”, dijo uno de los integrantes de la nueva estructura.
La exigencia en el acuerdo requiere de una modernización propia. Es por eso que se profundiza en Comisiones normalizadoras para aquellos municipios tradicionales a la hora de traccionar votos morados que no lograron reacomodarse en el último tiempo: la reforma del estatuto para incluir a los menores de 16 años como afiliados, o reflotar la pata universitaria en las dos casas de altos estudios de la región, forman parte de la agenda partidaria.
Rumbo a diciembre, cuando asuman las (no tan) nuevas autoridades, se realizarán actividades en Río Colorado y Villa Regina "para seguir demostrando presencia".
CAMBIEMOS. La constante división que propiciaron desde el Gobierno nacional con los intendentes, o la conformación del bloque Cambiemos en el Concejo Deliberante de Viedma, generó malestar. Reuniones paralelas, recorridas o anuncios sin la presencia de radicales orgánicos, exasperaron a los caudillos del partido que se quedaron fuera de algunas fotos oficiales.
Berardi, quien hasta habló de un diálogo con el Frente Renovador si el frente se derrumbaba, fue de los primeros que reclamó una apertura de los representantes de la Nación. Hoy, el pedido es unánime y al PRO no le quedaría otra que abrir el juego para que el pacto no se rompa.
El coordinador del Ministerio del Interior en la provincia, Juan Martín, es uno de los apuntados por el distanciamiento en Río Negro. Al igual que el diputado nacional Sergio Wisky, la línea radical lo responsabiliza de pergeñar el constante riesgo de ruptura; ahora, en el macrismo, aparece una línea interna que busca un lugar.
Juan Carlos Martínez, “El Chaqueño”, comenzó a darle forma a “La Alberdi”: el sector paralelo del PRO que pregona “más federalismo”. En diálogo con AM 740 (La Carretera), demostró las fisuras y se lamentó por el desgaste que Martín le propició a Cambiemos: "Hemos perdido el apoyo de intendentes radicales. Nos miran con recelo. Ojalá podamos conformar Cambiemos, lo fuimos perdiendo".
Hace una semana, en Comodoro Rivadavia, plantearon la necesidad de tener interlocutores que “entiendan” los problemas de la región. Martínez pasó al estrellato tras una serie de apariciones a favor del magnate inglés Joe Lewis y frenar una manifestación en Lago Escondido.