Mauricio Macri pone a prueba la eficacia de sus dirigidos: sin anestesia, les reclamó a sus funcionarios que hagan esfuerzos por reducir los gastos “innecesarios” de ministerios y secretarías.
El Presidente está decidido, y sus colaboradores lo apoyan, a terminar con contratos de hombres y mujeres que, argumentan, llegaron a sus lugares de trabajo por “decisión política” y no cumplen con las tareas para las que fueron designados. Palabras como “despilfarro” y “ñoquis” se han introducido como léxico obligado de los integrantes del gabinete para explicar su visión sobre las últimas órdenes de despido en dependencias nacionales.
Según fuentes del Gobierno nacional, Macri reclamó que se reduzca un 10 por ciento el gasto de los ministerios y secretarías nacionales. “Hay que ahorrar y echar al que no trabaja”, interpretó uno de los presentes en la reunión posterior al anuncio del traspaso de parte de la Policía Federal a la órbita de la Ciudad de Buenos Aires.
El líder del PRO comunicó esta noticia a los ministros y secretarios que presenciaron la última reunión de gabinete en la Casa Rosada en la mañana del martes 5 de enero. El titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y la titular de la Cámara de Senadores, Gabriela Michetti, también participaron del encuentro y recibieron la misma instrucción. Ninguno se quejó y todos aceptaron que hay que “ahorrar” y “terminar” con los “desmadres administrativos” en la gestión pública.
No obstante, la vicepresidenta había avanzado con esa idea 24 horas atrás, cuando dispuso la baja de 2035 designaciones firmadas durante los últimos diez meses de la gestión de su antecesor Amado Boudou. Según Michetti, esos contratos significan un aumento de la plantilla permanente del 146 por ciento y un crecimiento del presupuesto salarial del Senado del 80 por ciento.
La ex vicejefa de Gobierno de la Ciudad adelantó el lunes la orden que Macri bajó a sus dirigidos horas después. “Los ministros van a tomar medidas del mismo estilo”, advirtió.
En línea con el pedido del Presidente, el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, no renovó 600 contratos de los 710 que venían de la gestión kirchnerista, según consigna el diario La Nación. Misma situación ocurre en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto: Susana Malcorra adelantó que revisará 700 contratos. “No hay posibilidades para todos ellos”, señaló la canciller, aunque pidió no iniciar una “caza de brujas”.
En Casa de Gobierno reconocen que hay dos puntos claros para entender el mensaje del Presidente. Por un lado, el oficialismo está concentrado en echar a “ñoquis”, pero también sabe que parte de los contratados en las oficinas nacionales responden a “estructuras políticas” que pueden complicar la vida cotidiana de la gestión.
De todas formas, hay funcionarios que desdramatizan la situación y aseguran que no se dejará sin trabajo a empleados por cuestiones ideológicas o político partidarias. “El que trabaja y se ajusta al método de laburo va a seguir sin ningún problema”, graficó un hombre con despacho en Casa Rosada.