El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, dispuso este martes el pase a retiro activo obligatorio de siete comisarios generales que integraban la cúpula de la Policía bonaerense y estaban a cargo de Superintendencias de Seguridad, Seguridad Vial y Suministro.
Esto fue parte de las consecuencias que dejó la fuga y posterior captura de los tres condenados por el triple crimen de General Rodríguez. Pero según pudo saber este medio, Ritondo iría aún más allá, con la intención de continuar reestructurando un área que sigue cargando con la pesada herencia de la gestión de Daniel Scioli.
Entonces, siguiendo esa línea, el objetivo es tomar el control total de toda la política de seguridad, rodeándose de hombres de confianza que nada hayan tenido que ver con años anteriores. El apuntado sería el Subsecretario de Planificación del Ministerio, Fernando Jantus.
Jantus es el sobreviviente de la gestión de Daniel Scioli y además hombre de confianza del ex titular de la cartera, Alejandro Granados. Es el coordinador de las policías locales y sobrevivió al cambio de gestión, conservando de esta manera una cuota importante de poder, ya que se trata de una de las áreas más pesadas del organigrama ministerial, ya que, bajo su ala, se encuentra la Superintendencia de Policía Local, Defensa Civil y Protección Ciudadana, entre otros organismos.
Pero su continuidad no fue más que otro dolor de cabeza para Ritondo, que en este mes de gestión la pasó muy mal, en el marco de la novela de los fugados y todos los golpes que recibió por parte de su propia policía, en un operativo que tuvo muchas piedras en el camino. Por eso, la reestructuración interna avanzaría apuntando a Jantus, que en definitiva no es otra cosa que lavarle la cara a la Policía Local, que en muchos de los municipios en donde funciona ha protagonizado episodios confusos.
Ritondo dijo que una de sus metas era cambiar el método por el cual los oficiales se instruyen, y ahora, con los tres fugados capturados y los cambios en la cúpula de la Bonaerense, pondría segunda en ese sentido, removiendo a las cabezas responsables del área. En Justicia, César Albarracín y Florencia Piermarini se tuvieron que ir.