Mientras la llegada de Vidal y Macri se retrasaba, en paralelo, el electo jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, cerraba la campaña en la Ciudad junto a Patricia Bullrich y los candidatos a diputados nacionales por la Capital Federal. Al tiempo que la militancia macrista se agolpaba en la esquina de Avenida Cabildo y Juramento – pleno corazón del barrio de Belgrano- la candidata presidencial de Progresistas, Margarita Stolbizer, desfilaba por la zona entregando coloridas flores margaritas.
Pocos minutos antes de las 19, llegaron el diputado nacional Eduardo Amadeo, el ex legislador Fernando De Andreis, el ministro Esteban Bullrich, el candidato a intendente de San Fernando, Alex Campbell, el secretario de Gobierno, Marcos Peña, y el ministro de Gobierno, Emilio Monzó.
Cuando María Eugenia Vidal llegaba junto al legislador porteño Federico Salvai, el primer candidato diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, el periodista Fernando Niembro, estaba listo para arrancar su encendido discurso. En breves minutos, fustigó una y otra vez contra Daniel Scioli y destacó que en el país hay “abandono de los gobernantes”. “Miente el gobernador”, repitió al menos siete veces.
En un acto totalmente ensayado, Niembro presentó a Jorge Macri, como cada uno de los que hizo uso de la palabra hasta llegar al candidato a presidente y líder del espacio. El actual intendente de Vicente López, que busca la reelección, subrayó las medidas de su gestión y luego disparó contra el Gobierno Nacional.
“En esta elección está en juego poder volver a vivir unidos, abrazarnos, unirnos”, consideró el primo de Mauricio. También, se reservó un lapso de su alocución para criticar a la agrupación política que fundó Máximo Kirchner: “Cuando La Cámpora venga a hacerse de nosotros, nosotros vamos a estar entre la gente y La Cámpora”.
Jorge Macri dejó viejos enojos atrás y presentó a Vidal como “una gran candidata a gobernadora que ha defendido los valores que queremos”. A su turno, la vicejefa de Gobierno de la Ciudad destacó que “nos hace distintos que tengamos equipo”
“Recorrí toda la provincia pero no detrás de un escritorio”, lanzó y se mostró orgullosa de no llevar adelante “actos masivos” ni “caravanas”, como muchos de los precandidatos a la gobernación. Si bien ese comentario fue un dardo para la fórmula del PJ que encabezan Julián Domínguez y Fernando Espinoza, Vidal se olvidó que Gabriela Michetti, a días de competir en internas con Rodríguez Larreta, hizo campaña mediante una caravana y en un auto de colección.
Vidal comentó que durante los casi dos años que lleva recorriendo la provincia de Buenos Aires se encontró con “dos sentimientos” que le hicieron llegar los vecinos. “Un sentimiento de profunda soledad porque vi muchos vecinos solos, pero también un sentimiento de energía de cambio”.
Para explicar este último punto, como suele hacer y luego hizo el propio Macri, Vidal recordó su charla con “Edith”, quien le confesó que el domingo 9 de agosto “voy a ser fiscal, porque yo quiero cambiar”. “Este domingo vamos a cambiar”, cerró la candidata a gobernadora del PRO que tiene como compañero de fórmula al candidato radical Daniel Salvador, que no estuvo en el acto de cierre.
Después fue el momento de Gabriela Michetti, que arrancó su alocución con una broma. La candidata a vicepresidente del espacio amarillo sostuvo, entre risas,: “Qué suerte estar acá –en referencia a la etapa de cierre de campaña- porque vamos a poder descansar un poquito”.
También, hizo referencia a la “importancia” de “cuidar el voto”, como cada candidato del PRO advirtió durante la semana. “Vamos a poner el voto y a cuidarlo para que nadie robe los votos”, gritó enardecida.
Como sus antecesoras en la palabra, Michetti tuvo que hacer la presentación de su predecesor. Pero hubo un problema, casi un blooper. Mientras los militantes coreaban “Se siente, se siente, Mauricio presidente”, la senadora aguantaba en la garganta el nombre de su candidato a presidente para darle la bienvenida, pero ese momento nunca llegó y la coordinación, reinante durante todo el acto, se perdió.
“Parece que le falta un poco”, bromeó otra vez para que todos los asistentes aplaudieran y se rieran, mientras se bajaba el volumen de la música para disimular la incómoda situación. Finalmente, Macri llegó y el microestadio estalló en aplausos y vitoreos.
En un breve discurso, el jefe de Gobierno hizo bromas, felicitó a los hinchas de River por la obtención de la Copa Libertadores, deslizó críticas a la Presidenta y al Frente para la Victoria, pero sobre todo, se dedicó a motivar a sus fiscales. Como se sabía, esta última cuestión era el objetivo de la velada. Macri venía de hacer recorridas por San Martín y San Fernando y su última escala del “cierre en el territorio” fue en Vicente López.
Unas horas antes, hizo un cierre virtual por redes sociales que consistía en que cada militante, voluntario y funcionario del PRO compartiera una imagen del candidato a presidente del espacio en Facebook, Twitter, etc. “¿Subieron la foto, no?, preguntó Macri con una sonrisa en el rostro y luego, agregó exultante: “Somos trendin topic mundial. Una cosa tremenda”.
“Nosotros podemos más, cada uno de nosotros sabe que tenemos mucho para dar”, dijo el candidato a presidente y en seguida habló de la gestión porteña. “Lo que hicimos en la Ciudad estamos convencidos que lo podemos hacer en todo el país”, prometió al tiempo que un globo se le pegaba en el zapato. Macri hizo el ademán para sacárselo pero no lo logró. “Un globo se enamoró de mí y se pegó acá abajo”, sostuvo en tono risueño.
El líder del PRO comentó estar “preocupado” por el desempleo, la inflación y la pobreza. “Hace cuatro años que el país no crece, que no se genera trabajo. Tenemos que poner el país en marcha”, evalúo.
Macri cargó contra Cristina Fernández de Kirchner y el uso de la cadena nacional. “Por hablar más no sé tiene más razón, por más que haga cadena nacional todas las semanas”, marcó en tono irónico. El candidato a presidente hablaba y en primera fila lo escuchaban atentos Michetti, Vidal, Montenegro, Esteban Bullrich, Campbell, Niembro y su primo Jorge.
Sentados en la tribuna pegada a los potentes parlantes del microestadio estaban Peña y Monzó, que se entretenían mirando Twitter. Mucho más atrás, escondido de cualquier cámara, estaba el economista Carlos Melconian, que se fundió en un gran abrazo con el secretario de Gobierno al finalizar el acto.
“Les prometo liderar el mejor equipo de los últimos 50 años”, lanzó Macri para el delirio de la tropa amarilla, en su mayoría militante de la provincia de Buenos Aires.
También, se reservó un espacio de su discurso para fustigar contra el sistema de votación de las PASO. En ese sentido, consideró que el domingo se votará con un “sistema electoral arcaico y tramposo donde hay un deporte de robarse boletas”. “Lo hacen porque se saben minoría”, subrayó.
Rápidamente agregó una frase para chicanear sutilmente a Daniel Scioli y al Gobierno Nacional. “Ellos cierran en Tecnópolis, pero no usan la boleta electrónica, van con la boleta enorme”, lanzó.
“Nuestro futuro se juega hoy. Acá hay capacidad. No es verdad que lo mejor que tiene la argentina es Vacamuerta, su campo. Es cierto y valioso pero lo mejor que tiene ese país es su gente”, dijo Macri en tono de arenga.
Por último, se despidió con un “Vamos Argentina” que repitió tres veces y a los gritos para luego culminar con un “vamos a construir”. Acto seguido, se subió el volumen de la música y todos los referentes del PRO se reunieron en el escenario central para felicitar y saludar al líder político que el 9 de agosto encabezará la boleta amarilla.