Como se esperaba, las elecciones generales de la Ciudad de Buenos Aires no dejaron un ganador y forzaron un ballotage entre los candidatos del PRO, Horacio Rodríguez Larreta, y el del frente electoral ECO, Martín Lousteau, que se desarrollará el próximo 19 de julio.
El partido que gobierna la Ciudad de Buenos Aires, el PRO, pronosticaba una victoria de su representante por un margen de 20 votos por sobre el economista y, con más del 92 por ciento de las mesas escrutadas, ese vaticinio se cumplió: la fórmula Horacio Rodríguez Larreta-Diego Santilli acumula el 45,6% de los votos y el binomio Martín Lousteau - Fernando Sánchez alcanzó el 26,5%.
Desde las 17, en el búnker del oficialismo ubicado en Costa Salguero, los dirigentes macristas presentes repetían que la diferencia de veinte puntos era irremontable y que las bocas de urna con los que contaban no aseguraban la posibilidad de ganar en primera vuelta. Esa probabilidad había estado circulando durante toda la tarde, por parte del PRO, porque una consultora comunicó que Rodríguez Larreta rondaba los 49 puntos a dos horas del cierre de la jornada electoral.
Entre tanta información cruzada, la primera voz oficial del macrismo llegó por parte del ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, quien, a las 18 y desde el centro de cómputos ubicado en la Jefatura de Gobierno de Parque Patricios, informó sobre la finalización de la votación y destacó el sistema de boleta única electrónica.
Apenas treinta minutos después, los jefe de campaña de la Nación y de la Ciudad, Marcos Peña y Fernando De Andreis, salieron al escenario del búnker con sendas sonrisas indisimulables pero, como se suponía, tampoco arrojaron algún dato informativo sobre el resultado parcial. Ambos agradecieron a los voluntarios y militantes del partido y también destacaron el nuevo método de sufragio.
Por esas horas, en Costa Salguero, la idea de ganar en primera vuelta ya estaba desterrada pero se mencionaba la “posibilidad” de que Martín Lousteau no participe del ballotage por la diferencia de 20 puntos que tenía con Larreta. “100 millones de pesos sale hacer una segunda vuelta”, contó un operador macrista dando una justificación económica a pesar de que el ex ministro kirchnerista afirmó que participará de la segunda vuelta. La misma fuente insistió: “Si sigue esta ventaja, podría haber un entendimiento en Cambiemos”.
Cerca de las 19.15 se comenzaron a cargar los primeros datos oficiales y poco antes de las 20.40 Horacio Rodríguez Larreta subió solo al escenario para que los militantes del partido amarillo lo aplaudieran y vitorearan su nombre. En un gesto típico del PRO, el jefe de Gabinete “invitó” al plantel de ministros y legisladores a que lo acompañen en el estrado e hizo lo propio con su mujer, Bárbara Diez.
Entre otros, subieron Patricia Bullrich, Diego Santilli, María Eugenia Vidal, Marcos Peña, Daniel Chaín, Eduardo Macchiavelli, Edgardo Cenzón, Carmen Polledo, Fernando De Andreis, Guillermo Montenegro y un alocado Esteban Bullrich, que subió revoleando una remera del PRO como un militante más.
“Falta mucho por hacer, venimos bien trabajando en equipo. Tenemos el desafío de llevar esta energía de cambio a la Nación”, lanzó el candidato del PRO, mientras que su compañero de fórmula, el senador Santilli, gritaba desaforado: “Vamos que ganamos”. Luego de la breve alocución del jefe de Gabinete, ambos se quedaron solos bailando en el escenario y tirando globos y remeras a la tribuna de voluntarios amarillos.
Minutos después de las 9 de la noche, el líder del PRO, Mauricio Macri, hizo la entrada triunfal al escenario junto a la mayoría del Gabinete porteño, su compañera de fórmula, Gabriela Michetti, el humorista Miguel del Sel, el ruralista Alfredo De Angeli y la candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.
En su breve discurso de quince minutos, el actual jefe de Gobierno se paró en primera fila junto a Michetti y a Larreta. “Todo salió perfecto”, arrancó Macri. En un gesto al ministro Montenegro, encargado del control del sistema de boleta única electrónica, pidió “un fuerte aplauso” para “el equipo que lo implementó”, en referencia al novedoso sistema de sufragio que debutó en la Ciudad este domingo.
“Por lo que hace, porque compartimos la pasión por hacer, Horacio es el mejor candidato”, sostuvo el líder del oficialismo porteño para desatar la algarabía de los presentes. Según Macri, el resultado de la elección fue “un mensaje claro de confianza en lo que venimos haciendo”.
En seguida, el jefe de Gobierno trasladó la discusión al ámbito nacional. “Crece en todo el país la idea de que se viene un cambio. Es más profundo que un cambio de modelo”, advirtió en relación a las palabras de dirigentes del kirchnerismo que asegura que si el PRO llega a la Casa Rosada puede haber cambios en el aspecto económico del país.
Para Macri, “el Gobierno está preocupado diciendo que ya ganaron pero eso no es verdad porque la decisión la tiene la gente”. “Quieren sembrar el miedo de que queremos volver al pasado”, dijo en tono de reproche y en seguida retrucó: “Ellos son el pasado, están gobernando hace mucho”.
Apenas finalizó el breve discurso, toda la plana mayor del partido, ubicada sobre el escenario, comenzó a bailar al ritmo de “Ciudad Mágica” de Tan Biónica y luego “No me arrepiento de este amor” de Gilda, dos temas musicales emblemas del PRO, mientras la lluvia de papeles y globos sobre el escenario no cesaban.