En agosto de 2013 Eduardo Farah se quejaba por los pasillos de Comodoro Py. No le gustaba que dijeran que la Sala I de la Cámara Federal (que integra junto a Eduardo Freiler y Jorge Ballestero) era un tribunal K. Motivos no faltaban porque en un día él y Ballestero habían firmado tres fallos favorables al Gobierno.
Farah subroga desde 2008 en las dos Salas de la Cámara Federal de la Capital y en el último año pasó de ser un juez cercano al oficialismo a un enemigo, puesto en las dos Salas de la Cámara por los oficios de la SIDE de Stiuso.
Es el juez del momento. Ayer firmó una resolución que anula dos artículos de la ley de subrogancias que el Gobierno implementa desde el Consejo de la Magistratura.
Farah teme que de un momento a otro el kirchnerismo le retire la subrogancia. En Comodoro Py aseguran que la movida de ayer se realizó luego de una reunión que tuvieron Martín Iruruzun y el propio Farah en la Corte Suprema con Ricardo Lorenzetti. Rumores, pero que, como siempre, algo de cierto tienen: nunca se habrían embarcado en esa decisión sin avisar a Lorenzetti.
Los enemigos de Farah no están solo en el Gobierno. Los jueces Claudio Bonadio y Ariel Lijo lo detestan por razones parecidas y la procuradora Alejandra Gils Carbó lo vincula a un grupo de jueces y fiscales que intentaron extorsionarla apenas llegó a su cargo.
Horacio Verbisky cada vez que lo nombra en sus panoramas dominicales lo vincula a la “escudería Stiuso”.
Existe una diferencia trascendente entre Farah y sus dos compañeros de la Sala I (Ballestero y Freiler): mientras estos dos son hombres que ya están “hechos” y solo les interesa la buena vida y los viajes en barco, Farah es un cuadro más politizado lo cual no sorprende porque fue la política y el padrinazgo del operador Javier Fernández quienes lo colocaron en su situación actual.
Descontracturado, a diferencia de otros jueces a veces se lo ve sin corbata. Dice que el Gobierno lo presiona para que vote a favor de indagar a los directivos de los diarios Clarín y La Nación en la causa por la adquisición de Papel Prensa durante la dictadura.
La negociación sería ese voto a cambio de la continuidad. Así se lo habría manifestado en una reunión hace un mes el secretario de Legal y Técnica Carlos Zaninni.