El golpe certero de Alberto Weretilneck a la columna vertebral del Frente para la Victoria lo sienten todos los dirigentes del justicialismo. Con una fuerte puja que está por reordenar la estructura provincial, que deja expuesto a Miguel Ángel Pichetto, en el principal distrito electoral la situación no es sencilla para la conducción de María Eugenia Martini que irá por otra victoria el 6 de septiembre.
Ante el armado de listas que plasmaba pelea interna, decidió inscribirse detrás del Movimiento de Apertura Democrática (MAD). Ese partido, que forma parte del kirchnerismo rionegrino con el justicialismo, el Movimiento Evita, Kolina y el Frente Grande que supo tener al gobernador como máximo representante, es motivo de polémica.
La decisión de Martini se debió a la presión que otros sectores buscaron ejercer mientras la organización de la interna peronista era posible. El problema en el FpV es la nula existencia del MAD en ese municipio. El dato más relevante llega bien de lejos por la utilización que le otorga la familia Soria para mantener a General Roca bajo el dominio justicialista desde que tomaron la posta en el Alto Valle.
Consultados por este portal, apoderados del FpV aseguran que “habrá novedades” esta semana sobre la suerte del MAD y Martini que piensa en el actual presidente del Concejo Deliberante, Ramón Chiocconi, para la alianza que otorgue otro período al frente del distrito más importante de Río Negro.
Weretilneck, con el objetivo de lograr otro triunfo resonante, impulsa a Gustavo Gennuso como el único capaz de dar pelea. En la forma que sucedió hace dos semanas, la estructura provincial otorgará fuerza al dirigente que tiene buena relación con el ministro de Obras Públicas, Carlos Valeri, que se transformó en el principal referente del ejecutivo en la región andina. “Juntos Somos Bariloche” es la denominación, similar a la que catapultó el gobernador, por la que Gennuso disputará en septiembre.
Aunque algunos creen que se calmarán las aguas puertas para dentro, y para afuera en breve, Martini tenía todo listo para presentarse a la interna del PJ pero decidió bajarse. La idea de Roberto Camba Delgado, muy crítico con la intendenta y sus armadores, demostró grietas –cada vez más grandes– en el peronismo barilochense.
El problema, sin importar que el panorama se aclare de a poco, es que el MAD ni siquiera tiene referentes en San Carlos de Bariloche. El PJ es la columna vertebral del FpV y que no sea base en la definición de la candidatura oficial genera inconvenientes. La gran incógnita para Martini, muy identificada con el sorismo, es cómo el resto de los referentes van a jugar. La otra versión que circula es la actitud de los sectores que representaba el destituido Omar Goye, que aspiran a marcar presencia con el espacio de Sergio Massa a través de un sello vecinalista para irrumpir en tiempos de campaña.
Desde el albertismo, Gennuso, quien se había presentado en elecciones anteriores, cerró filas con el ARI y obtuvo la adhesión del Socialismo. Magdalena Odarda, que fue una de las grandes perdedoras de la elección provincial, dio el visto bueno por la negociación que favorecería el ingreso de un concejal; la conformación de un acto opositor, como el 3 de mayo en Viedma, reabrió el escenario de consensos.
Uno de los datos llamativos es la potencial salida al ruedo de Antonio Zidar, que supo acompañar al roquense Miguel Saiz en 2013. Reconocido periodista en una de las radios más escuchadas de la ciudad (del Grupo Clarín) se dedicó a la política y por estas horas vuelve a tener protagonismo por una encuesta que circuló (le dio 20 puntos de conocimiento). Así, la UCR tiene una opción en medio de la crisis estructural que estalló en 2011 y continúa luego de la estrepitosa performance de Horacio Massaccesi el 14 de junio.
Martini entiende que deberá hacerle frente a uno de los desafíos más importantes desde que está en el ejecutivo. Con Weretilneck en su pico electoral, sabe que también hay que disipar las acusaciones del pichettismo. Referenciados en la senadora Silvina García Larraburu, con la que la intendenta mantiene una constante competencia, –todavía golpeados– quieren hacer valer la historia partidaria manchada por el “papelón” electoral. “Hay barrios donde Weretilneck ganó con el 64 por ciento”, cuentan los allegados al jefe de bloque K. El motivo de la furia es que en las zonas más humildes fue donde llegaron la mayoría de las obras con fondos nacionales que, obvio, se gestionaron a través de Pichetto.
"No se merece la ayuda de nadie", comentaba un importante dirigente que entró en funciones en mayo. La frase, de a poco, comienza a ser realidad.