"Como soy una persona visible eso les da una ventaja para agraviarme, pero yo tengo cero responsabilidad política en estas muertes" aseguró esta mañana el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
Fue minutos después de ingresar a la Casa Rosada, donde se encontraban apostados familiares y amigos de Máximo Kosteki y Darío Santillán, los jovenes asesinados hace 13 años, en lo que se denominó la "masacre de Avellaneda".
Fernández esquivó la manifestación, al ingresar directamente con su auto, y minutos después tuvo contacto con la prensa acreditada en gobierno.
"Yo me fuí el 14 de junio y volví el 26 a la tarde, cuando hacía varias horas que había sucedido el hecho" aseguró el funcionario, quien en ese momento, año 2002, se desempeñaba como Secretario General de la Presidencia, durante el gobierno de Eduardo Duhalde. Sin embargo, aseguró que "fue un enfrentamiento, aunque no conozco demasiado como sucedió, no estuve" afirmó.
Fernández indicó, como en otras oportunidades, que tenía datos de Inteligencia que advertían sobre grupos hostiles que iban a tomar el Puente Pueyrredón.
En ese momento, Felipe Solá, era gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Y para el jefe de Gabinete, "mientras se investigaba el hecho, Felipe tomaba mate con Franchiotti" aseguró. Se refería al ex comisario inspector, Alfredo Franchiotti, condenado a prisión perpetua por la responsabilidad en los hechos ocurridos.
Pocas horas después de sucedido el hecho, el entonces comisario, a cargo del operativo, se había reunido con Solá, en la Casa de Gobierno de La Plata, para informar sobre lo sucedido.
Pero al poco tiempo, cuando se dieron a conocer fotos elocuentes de la represión, Solá debió reconocer la situación.
El grave suceso provocó la renuncia del entonces ministro de Seguridad de la provincia (hoy integrante de la Suprema Corte Bonaerense) Luis Genoud.
Y obligó a Duhalde, a convocar a elecciones anticipadas.
"Si me llaman me presento" afirmó Fernández, cuando le preguntaron sobre la posibilidad de ser convocado por la Justicia por el caso, que hasta la fecha no ha arrojado responsables políticos.
Aunque reconoció que hubo una decisión que controlar a los manifestantes. "Yo tuve una discusión a los gritos con Chiche Duhalde (entonces primera dama), porque yo no creía que debía provocarse un enfrentamiento de estas características" aseguró el jefe de Gabinete.
El 9 de enero de 2006, el Tribunal Oral 7 condenó por los crímenes a prisión perpetua, no solo a Franchiottim, sino también al ex comisario inspector Alfredo Fanchiotti y al ex cabo primero Alejandro Acosta.
También dictó penas de cuatro años de prisión efectiva a otros tres efectivos de la Policía Bonaerense, Félix Vega, Carlos Quevedo y Héctor De la Fuente, por el delito de encubrimiento agravado.
El ex policía Gastón Sierra recibió tres años por el mismo delito, mientras que el también ex efectivo Lorenzo Colman fue condenado a dos años de prisión y el ex policía Celestino Robledo recibió una condena de diez meses al ser encontrado culpable de usurpación de títulos y honores.
