Este jueves la Legislatura porteña realizó una sesión ordinaria breve que tuvo una duración de 40 minutos con el agravante de que podría ser la última hasta dentro de un mes y medio.
Entre otras cosas, se aprobó un pedido al Poder Ejecutivo para que exhiba en los diarios de la Ciudad la totalidad de las fórmulas que competirán en los comicios el 5 de julio y el Digesto Jurídico que logró reducir a 1911 normas el total de 4088 que se acumulaba hasta la actualidad.
No obstante, la reunión veloz de este jueves sería la última en mucho tiempo porque la mayoría de los legisladores porteños están en plena campaña comprometidos con los candidatos a jefe de Gobierno de sus respectivos espacios políticos.
En menos de quince días serán los comicios que podrían llegar a definir al próximo titular del Poder Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires y eso, como sucede cada dos años, paraliza la labor legislativa. A su vez, las urnas que se utilizarán el 5 de julio se alojan en el Parlamento porteño para el recuento definitivo de votos que realiza el Tribunal Superior de Justicia local.
Entre otros ambientes del edificio ubicado en Perú 160, el recinto de sesiones se utilizará para “cuidar” los sufragios y estará cubierto de urnas hasta que se finalice con el conteo final.
En caso de que exista la necesidad de ir a ballotage entre dos candidatos, los porteños volverán a sufragar el 19 de julio y las urnas también se dirigirán,48 horas después, a la Legislatura de la Ciudad para el otro escrutinio definitivo.
Además, mientras se realice ese proceso, se estará en medio de la campaña nacional y a escasos días de las PASO del 9 de agosto en las que los porteños elegirán candidato a presidente, diputados nacionales y miembros del Parlasur por la Capital Federal.
Como es habitual, las cajas que recepcionan las boletas de la elección para cargos nacionales también viajan hasta el ex Concejo Deliberante de la Ciudad. En este caso, el conteo final lo realiza la jueza titular del Juzgado Federal N°1, María Romilda Servini de Cubría.
De cumplirse esta situación, la Legislatura porteña no tendría sesiones y estaría impedida de sancionar normativas, su principal función, por un lapso mayor a un mes. En el Parlamento local algunos arriesgan que hasta el 27 de agosto no habrá actividad legislativa, aunque los más optimistas afirman que podría haber sesión antes.