Política

Golpeado por las PASO, Ibarra sueña con recluirse en el Consejo de la Magistratura

La Legislatura elegirá tres consejeros a fin de año y ya empiezan a sonar algunos candidatos posibles. El PRO y el kirchnerismo planean acordar las tres plazas en juego.

Como suele suceder cada dos años, la temporada electoral impacta brutalmente en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Comisiones que no se reúnen, sesiones que duran minutos, aprobación de leyes de menor grado y proliferación de actos para destacar a personalidades destacadas de la cultura, el deporte o el arte.

 

Es lógico. La totalidad de las fuerzas políticas que integran el recinto de la calle Perú atraviesan los extendidos días de campaña y tienen compromisos con candidatos que compiten por el distrito local y también en el ámbito nacional.

 

No obstante, con el año electoral porteño en marcha hace rato y en vísperas de los comicios generales del 5 de julio que podrían definir al próximo jefe de Gobierno, los diputados porteños ya comenzaron a imaginarse cómo será el reparto de cargos del mes de diciembre.

 

A fin de año, el deliberativo local deberá elegir a tres miembros que, en representación de la Legislatura, mudarán su despacho al Consejo de la Magistratura de la Capital Federal en reemplazo de los tres elegidos por la misma situación en 2011.

 

El presidente del órgano, el kirchnerista Juan Manuel Olmos, y los macristas Juan Sebastián De Stefano y Agustina Olivero Majdalani terminan su mandato de cuatro años en el mes de noviembre y en el Parlamento local ya se inició la guerra por esos lugares.

 

El PRO ya tiene bastante resuelta esa situación y es el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, quien está obsesionado con terminar de copar las dependencias judiciales porteñas y apuesta a cerrar el 2015 con dos hombres suyos en el Consejo que hoy preside el Frente para la Victoria, pero que el ex radical quiere dominar.

 

El legislador del PRO y titular de la Comisión de Obras y Servicios Públicos, Enzo Pagani, cuenta con el visto bueno de Angelici y del larretismo, que, desde la llegada de Marcela Basterra al Consejo, empezó a meterse en el terreno judicial.

 

Empujado por “el Tano”, suena el nombre del legislador Oscar Moscariello para representar al macrismo en el organismo ubicado en Diagonal Sur, en el ex edificio de la empresa Siemens. No obstante, también es mencionado como posible candidato a diputado nacional del PRO por la Ciudad de Buenos Aires.

 

La riña está en el heterogéneo interbloque del Frente para la Victoria de la Legislatura porteña. Si el macrismo insiste con llevar a los dos legisladores hombres a la Magistratura, la vacante restante tiene que ser, obligatoriamente, para una mujer.

 

Bajo ese marco, suena el nombre de Claudia Neira, que ve con buenos ojos un eventual desembarco en ese órgano judicial. Este medio explicó que también está interesada en el lugar que habilita el Consejo Académico del Centro de Formación Judicial, que recientemente fue mudado al Tribunal Superior de Justicia gracias a una ley que la ex Proyecto Sur impulsó y que el PRO sancionó junto a Eco.

 

Otro que ya hizo correr por los pasillos de la Legislatura su intención de mudar su despacho al Consejo de la Magistratura es el ex jefe de Gobierno destituido Aníbal Ibarra.

 

El diputado porteño del Frente Progresista Popular es un hombre conocido del mundillo judicial porteño y es el encargado de despotricar contra las leyes de ese ámbito que impulsa el Gobierno de Mauricio Macri o, a veces, se encarga de respaldar los acuerdos del FpV con el PRO ante esos temas.

 

El ex fiscal desapareció de la arena pública y política luego de las elecciones primarias del 26 de abril, en las que jugó en la interna kirchnerista pero perdió catastróficamente y vio relegadas sus posibilidades de volver a la Jefatura de Gobierno y de encontrar espacios en el Parlamento para sus candidatos a legisladores que presentó junto al Movimiento Evita.

 

Hay un tercer candidato kirchnerista que, a priori, cuenta con más ventaja que los anteriores. No es legislador pero tiene un plus que lo diferencia del resto: es amigo personal de Juan Cabandié. Se trata de Mauro Riano, un joven de La Cámpora que logró ser apoderado del FpV porteño.

 

Con la venia de Cabandié, las chances de Riano aumentan. Sin embargo, deberá pasar el filtro de Olmos, de buen trato con Angelici y con el sector peronista del PRO. Si el partido amarillo persiste con su idea de llevar a dos candidatos hombres, el FpV debe elegir a una mujer para la banca restante. Todo depende del acuerdo entre las partes.

 

Según la Constitución de la Ciudad, los tres lugares que quedaran vacantes en noviembre pueden ser ocupados tanto por legisladores como por abogados que transiten sin inconvenientes la audiencia pública. Hasta ahí, los requisitos pueden ser cumplidos por cualquier matriculado porteño, pero hay un detalle: se necesitan 40 votos para ser consejero.

 

El PRO tiene 28 diputados porteños y el interbloque K cuenta con 17. Haciendo valer sus posiciones de bloques mayoritarios, macristas y kirchneristas acuerdan entre sí los espacios y los reservan para diputados que deben dejar el Parlamento en el mes de diciembre. Situación que atraviesan los cuatro ediles nombrados con anterioridad.

 

De mantenerse los resultados de las PASO, el frente Eco podría llegar a ser segunda fuerza en la Legislatura porteña luego de las elecciones generales del mes de julio, pero sus candidatos llegarán al edificio de Perú 160 recién el 10 de diciembre.

 

Ante ese panorama, el PRO y el Frente para la Victoria sumarían sus votos para sellar el acuerdo por el Consejo de la Magistratura en el mes de noviembre, dejando totalmente afuera a la coalición de centroizquierda. 

 

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