Por qué el kirchnerismo tocó la víbora con el palo corto

El peronismo es “verticalista”. Ergo, la Presidenta no entiende otra estructura de poder que no sea esa. El Judicial, es un poder “horizontal”. Ahí radica el problema. Cristina jamás puede entender esa lógica.

Lorenzetti construyó poder dentro de la Corte. De a poco, es el único que articula con todos. Tomó el último bastión con la salida de Zaffaroni.

 

Su código civil reformado es su buque insignia. Cuando lo presentó, fue a verla a Cristina. Le preguntó si podía lanzarse a la política. La Presidenta no le dijo que no. Ese domingo en Perfil, se lo dijo a Madgalena.

 

Su proyecto durmió dos años a partir de ese reportaje.

 

Todo el mundo sabe que el Código Civil lo hizo Vélez Sarsfield. Pero nadie recuerda que el presidente era Sarmiento cuando Vélez hizo el código. Y eso que Sarmiento era la pareja de Aurelia Vélez, la hija del autor. Es como si Máximo hubiese hecho esta reforma, salvando las distancias.

 

Cristina mató el “Código Lorenzetti”.

 

En esa lucha de vanidades se esconde el germen del discurso de Lorenzetti. El ministro que transparentó la justicia con la creación del CIJ (Centro de información Judicial).

 

Lorenzetti es, desde entonces, el vocero de esa víbora que el kirchnerismo tocó con el palo corto.

 

Dicen en el campo que el basilisco (serpiente originada en un huevo de gallina empollado por un sapo) mata con su mirada. Salvo que la futura víctima lo mire primero. O que le muestre un espejo. O que cante un gallo. Gallos que, según el kirchnerismo, viven en Comodoro Py.

 

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