Luego de la salida de un importante legislador de la Tercera sección electoral, en la misma región ocurren hechos que muestran las debilidades del armado que forjó Sergio Massa en 2013. En Cañuelas, por la mala relación, los tres concejales de ese espacio terminaron divididos en unibloques y la alarma se encendió.
En su primera elección, el Frente Renovador obtuvo 3 concejales sobre 9 bancas en juego, que terminaron bajo el ala del Frente para la Victoria (4) y el Frente Amplio Unen (2).
Gustavo Casamayouret, Carolina Torrilla y Marta Testa se alzaron con un lugar en el cuerpo deliberativo, aunque los problemas surgieron de inmediato por las complejidades de los acuerdos. Al tiempo de asumir, el bloque que tanta expectativa había generado se fracturó dejando a Casamayouret solo y las representantes femeninas por otra senda.
Pero, como sucede en el espacio, las negociaciones tampoco llegaron a buen puerto y a comienzos del mes, Testa y Torrilla rompieron relaciones. Cuando el calor apretaba, el FR casi disuelve la posibilidad de pelear por la comuna, que tiene al actual intendente, Gustavo Arrieta, como al dirigente de mayor influencia en el ámbito político.
La noticia provocó reacciones en otros espacios. Al igual que muchos de los referentes nacionales, desde la Unión Cívica Radical (UCR) no tardó en llegar la convocatoria a un gran acuerdo opositor local, que apacigüe las turbulentas aguas massistas. El encargado de citarlos fue Guillermo Pérez.
“Tenemos que dejar de mirarnos el ombligo y pensar en lo que quiere la gente”, sostuvo Pérez, según publica El Ciudadano. Ese llamado, casi de auxilio, demuestra la baja performance de los espacios anti kirchneristas, que no consiguen despegar. “Un frente electoral es la única forma de vencer al kirchnerismo y asegurar la gobernabilidad”, reiteró el ex concejal.
Pero los deseos no son tan fáciles de satisfacer. Torrilla, que pertenece al entorno de Gustavo Posse, adelantó que si el mandamás de San Isidro se aleja de Massa –es lo más probable– se dedicará a trabajar para que el PRO avance. “Me quedo hasta que Posse decida lo que quiera hacer”, advirtió la edil, que es protagonista de una fuerte erosión que deja en apuros a todo el armado surgido en Tigre.