La polémica suscitada a partir de la decisión del presidente Mauricio Macri de designar por decreto y en comisión a dos jueces para la Corte Suprema parece congelarse al menos por algunas semanas.
Sucede que, cediendo en parte a las críticas que despertó la medida en buena parte del arco político, el jefe de Estado resolvió que tanto Carlos Rosenkrantz como Horacio Rosatti no asuman sus cargos hasta febrero, cuando cumplan los trámites formales previstos en el Decreto 222/2003 impulsado Néstor Kirchner, aunque, de todos modos los hará jurar sin acuerdo del Senado, Cuerpo que comienza su período de sesiones ordinarias en marzo.
Este cambio en los tiempos se produjo tras la reunión que Macri mantuvo con el presidente de la Corte Suprema de la Nación, Ricardo Lorenzetti, quien objetó la forma en que fueron designados los nuevos magistrados, recordándole que el mecanismo del artículo 99 inciso 19 nunca había sido aplicado, razón por la que se exponía a la proliferación de acciones de inconstitucionalidad en los tribunales inferiores.
Sobre el tema, Macri señaló que “decidimos hacer el (decreto) 222, que es el requisito de las audiencias públicas”. Así, puntualizó que “jurarán en febrero y después el Congreso decidirá si los confirman, pero nos pareció importante darle a la Corte rápidamente la capacidad de trabajar como corresponde. Son juristas muy reconocidos que no tienen ninguna relación conmigo”.
Al darse inicio al trámite previsto en el decreto impulsado en 2003 por Néstor Kirchner, a partir del lunes 21 de diciembre comenzará a correr el plazo de 15 días en los que los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil podrán, por escrito y de modo fundado y documentado, expresar las posturas, observaciones y circunstancias que consideren pertinentes respecto a los candidatos.