Con un 98,46% de las mesas escrutadas, pasadas las 23:30 horas, Mauricio Macri obtenía el 51,45% de los votos contra un 48,55% de Daniel Scioli. La foto del ballotage marca que los argentinos eligieron por uno o por otro, sin grises. De esta manera se desechó la opción del voto en blanco, tan difundida por la izquierda.
Es que el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, que en las elecciones legislativas de 2013 se había consagrado con tres diputados nacionales y una gran performance en otros comicios locales, como Mendoza y Salta, había basado una fuerte campaña para fomentar el voto en blanco en este ballotage.
Sus principales dirigentes, como Nicolás del Caño, Néstor Pitrola y Myriam Bregman, entre otros, pasearon por los medios explicando sus fundamentos para intentar sumar voluntades y que los trabajadores no opten por ninguno de los dos candidatos.
Pero la campaña salió mal. Tan mal, que solamente un 1,19% de la población votó en blanco. Y si esto se lo compara con los votos obtenidos por el FIT el último 25 de octubre, la suma es menor: el trotskismo había sacado un 3,27%, es decir, más de la mitad de esta porción eligió en el ballotage a Macri o Scioli.