El triunfo de Mauricio Macri como nuevo presidente de los Argentinos, reconfiguró la estructura de la Cámara de Diputados de la Nación de una forma sustancial.
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El triunfo de Mauricio Macri como nuevo presidente de los Argentinos, reconfiguró la estructura de la Cámara de Diputados de la Nación de una forma sustancial.
A partir del 10 de diciembre, el macrismo tendrá 41 diputados y la UCR, 40. Un importante conglomerado que hasta aquí vino coincidiendo en casi todas las votaciones, unido por su oposición al Gobierno nacional, pero que ahora tendrá mayor de fuego y un pacto que nació en lo electoral como excusas para aceitar ese vínculo. Y si además consiguen evitar una pelea con Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica podría sumarse junto a los restantes tres diputados de su bloque.
El bonaerense, Emilio Monzó, electo diputado y operador principal del acuerdo con el PRO, sería premiado por Macri con la presidencia del cuerpo. En tanto el resto de las autoridades entran en la inmediata negociación con socios y opositores, que se inicia este lunes 23.
En el caso del kirchnerismo, el hilo delgado que mantenía unidos a distintos espacios como el peronismo tradicional, La Cámpora, partidos provinciales y organizaciones sociales terminó de cortarse con esta derrota del candidato presidencial por el FpV, Daniel Scioli.
Y ese quiebre podría tener su rebote más inminente en la Cámara de Diputados, tal vez el bastión donde el oficialismo mejor hizo funcionar esa alquimia, atada a la conducción de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Hoy ya pueden identificarse dos sectores bien contrapuestos en el bloque peronista de Diputados. Uno será el de los legisladores de La Cámpora, que a partir de diciembre tendrán un “minibloque” propio de 27 diputados sobre un total de 98 que arrancarán el 2016 inscriptos bajo el sello del FPV. Y algunos de ellos, referentes de peso: Máximo Kirchner, Eduardo “Wado” de Pedro, Andrés “Cuervo” Larroque o Mayra Mendoza, la primea línea del poder camporista, tendrán una banca. A estos se suman figuras como el ministro de Economía, Axel Kicillof, uno de los que podría disputar la presidencia del bloque.
El otro es el del peronismo más tradicional, que tributa directamente a los gobernadores y a los líderes pejotistas de cada provincia. Por lo pronto, tres mandatarios provinciales saltarán directamente de sus distritos a la Cámara de Diputados: el sanjuanino José Luis Gioja, el riojano Luis Beder Herrera y el misionero Maurice Closs. A ellos se suman casos de dependencia directa, como el de Javier David, el salteño que debutará en el Congreso nacional y que viene de ser candidato a intendente de Salta Capital impulsado por el nuevamente reelecto gobernador Juan Manuel Urtubey.
Por detrás de estos dos sectores queda un amplio grupo que deberá reacomodarse para subsistir. Lo integran, entre otros, la actual presidenta del bloque del FPV, Juliana Di Tullio, y la secretaria parlamentaria del bloque, María Teresa García, que empiezan a acercarse a los más altos interlocutores de La Cámpora para ver si en ellos encuentran un reaseguro que les permita sostener sus cargos. A ellas se suman nombres importantes como Carlos Kunkel, Héctor Recalde, Carlos “Cuto” Moreno, Diana Conti, Julio De Vido, Luis Cigogna, Remo Carlotto, Nilda Garré, Nanci Parrilli o Edgardo Depetri, que seguirán reconociendo a Cristina como su líder y podrían tener mayor cercanía con el “minibloque” de Máximo, Kicillof y “Wado” De Pedro.
Pero a esta posible ruptura podrían sumarse más “bajas”: los aliados fieles que el oficialismo logró consolidar bajo el liderazgo de Cristina. Con Macri en Olivos y la jefa de Estado sin ejercer el poder, ni el Movimiento Popular Neuquino (MPN) ni el Frente Cívico por Santiago tendrán razones para sostener la alianza político-parlamentaria que hasta aquí no había mostrado fisuras, al menos en la Cámara de Diputados –el MPN en el Senado está representado por otra vertiente interna de ese sello neuquino-. Y hasta se especula con que Closs arme un bloque aparte, como venía amagando en el transcurso de la campaña, llevándose consigo a los cuatro diputados del Frente Renovador de la Concordia de Misiones.
Estas aguas revueltas serán ganancia para los pescadores de Cambiemos. Siempre y cuando, claro está, PRO y la UCR consigan transformar en parlamentaria y política la alianza electoral que sellaron este año para derrotar al peronismo y quedarse con el Poder Ejecutivo.
La tercera fuerza en la Cámara baja será el Frente Renovador. La fuerza que creó Sergio Massa para romper con el oficialismo en 2013 incrementará considerablemente su número, pasando de 14 a 27 legisladores propios. Y en cuadro parecido al de PRO y la UCR, tiene la chance de trenzarse con Unión por Córdoba, el partido provincial que comanda el gobernador saliente José Manuel de la Sota, que a partir del 10 de diciembre tendrá cinco bancas.