En un aluvión de entrevistas en diarios nacionales, el candidato a presidente por el Frente para la Victoria, Daniel Scioli, profundizó su estrategia de campaña, en donde se intenta posicionar como el continuador de los 12 años de kirchnerismo, frente a "la nueva Alianza". El ex motonauta insiste más que nunca con "la gran agenda del desarrollo" frente a la amenaza concreta de Mauricio Macri, quien implementará "el ajuste, la devaluación, y dejar librado todo al mercado". "Quiero transmitir fe y esperanza", remarca, fiel a su estilo, y apuesta a los votantes de UNA, el espacio de Sergio Massa.
"Reconozco la tenacidad y la voluntad que tuvo Sergio -Massa- de mantenerse competitivo en el escenario electoral. Lo mismo del compañero Adolfo Rodríguez Saá", piropeó Scioli a los otros dos ex candidatos peronistas de la elección, apuntando a seducir a sus votantes. "Gran parte de ese votante ya estuvo con el FpV y por distintas razones se alejó. Pero sé que tengo que darles motivos y esforzarme para cumplir con sus expectativas", dijo el gobernador bonaerense sobre quienes acompañan a Massa.
Así, en diálogo con Clarín, el candidato del kirchnerismo insistió en intentar conquistar ese voto "diciéndoles que el FpV tiene un candidato a presidente que escucha, que sabe hacer autocrítica y corregir, y que se va a esforzar al máximo por tener su confianza". Por eso volvió a anunciar su promesa -impensada días atrás- del 82 por ciento móvil, sacar retenciones y eximir de Ganancias a quienes cobran menos de 30 mil pesos: "lo anuncio con toda responsabilidad porque ya lo tengo garantizado dentro de mi esquema económico: hicimos los números y llegamos al cambio verdadero, al real", justificó.
"Ellos (Cambiemos) están anunciando una gran devaluación como variable de ajuste, generan esta maniobra de mercado. También hay que ver el último fallo de Griesa, que se produce por la expectativa que le genera el jefe de la Alianza al juez neoyorquino. Nosotros, en cambio, queremos mantener lo logrado. Lo que yo quiero transmitir es esperanza. Es fe hacia el futuro", expresó Scioli por su parte en Página 12.
"Yo tengo una gran capacidad de adaptación, no sólo le agradezco a los que me acompañaron, sino a los que votaron a otra fuerza política, que está mucho más cerca mío, que está mucho más cerca de las ideas que yo represento y la etapa que yo les propongo a los argentinos hacia el futuro, de lo que expresa esta nueva versión de la Alianza reciclada, modelo 2015, con las mismas consignas de cambio y bajo las mismas políticas", agregó.
"Acá contrastan dos modelos de país, dos proyectos de Argentina. El de la inclusión o el de la exclusión. El de lo nacional o el de lo importado. El del mercado interno o el de priorizar pagarle a los buitres. Y yo entiendo que hay que ir implementando el verdadero cambio posible a partir de lo que se ha hecho", insistió, polarizando como nunca antes, porque para el gobernador bonaerense esta es "la gran final".
En diálogo con Tiempo, Scioli destacó el discurso de la presidenta en su última aparición pública, quien pese a no nombrarlo, convocó a votar por el Frente para la Victoria el próximo 22 de noviembre. "Cuando uno ve la posición que ha tomado el jefe de la alianza en la recuperación de YPF, de Aerolíneas, de Aysa, en la fertilización asistida gratuita o en la recuperación de la administración de los fondos de la Anses, se pone en evidencia su pensamiento. Son las definiciones económicas que han tenido en cada uno de estos temas. Ellos gobiernan con otras prioridades. Acá se contrastan dos proyectos de Argentina", definió.
De esta manera, el candidato por el oficialismo ataca con munición gruesa a Macri, intentando plantar una bandera que marque, al estilo Cristina, la idea del "ellos y nosotros". En el debate interno que le produce escuchar a quienes le aconsejan ser "más Scioli que nunca" y quienes le dicen que se siga pegando al ultrakirchnerismo, el gobernador volvió a las calles para realizar caminatas con la gente, algo que en el último tiempo postergó. Ese sábado al mediodía estuvo en Hurlingham, con la idea de retomar el contacto con la gente, para ir a fondo en el último tramo de campaña previo al ballotage.