Con la carrera rumbo al ballotage en marcha, aquellos espacios que se quedaron afuera de la compulsa buscan cobrar protagonismo con definiciones a medio camino que, al cabo, resultan indefiniciones. Dicen lo que no piensan hacer el 22 de noviembre, pero evitan hacer explícito lo que sí piensan hacer, acaso porque esto último resulte politicamente incorrecto o incompatible con sus tradiciones políticas e ideológicas.
Para muestra de ello bastan las proclamas de la cúpula del frente UNA y de dirigentes de progresismo:
-Sergio Massa: el líder del Frente Renovador insistió con la idea del cambio y adelantó: "No quiero que gane Scioli". No obstante, quizá por conducir un espacio con fuerte impronta peronista, esquivó decir que votará al postulante de Cambiemos, Mauricio Macri, que es, en definitiva, lo único que puede hacer si pretende evitar el triunfo del candidato del Frente para la Victoria. Tanto se cuidó de no explicitar su apoyo a Macri que prefirió quedar como un ignorante de la legislación electoral, al señalar que si revelera su voto estaría violando la ley. "El voto es secreto; me lo anularian", indicó antes de que su esposa, Malena Galmarini, anunciara que volverá a votar por su marido. "Voy a poner la boleta de Sergio Massa", afirmó, a pesar de que esa papeleta no va a estar en el cuarto oscuro y de que, de esa forma, no ayudará a su esposo a evitar el triunfo de Scioli.
-José Manuel De la Sota: el gobernador cordobés aseguró antes de la cumbre massista de este miércoles que no votaría a Daniel Scioli. De todos modos, pidió que los dos candidatos se esmeren en seducir a los votantes de UNA y los exhortó a representar las propuestas de su espacio. ¿A quién votará el mandatario o a quién quisiera que votasen sus seguidores? Dos posibilidades: a Macri o en blanco. Pero no lo dijo.
-Roberto Lavagna: el ex ministro de Econmía y ex favorito massista para ese cargo le otorgó el carácter de "definitoria" a su decisión de no inclinarse electoralmente por el Frente para la Victoria. Sin embargo, jugó al misterio al momento de revelar públicamente que votaría a Cambiemos.
-Felipe Solá: el diputado nacional adoptó la misma estrategia que sus compañeros de espacio pero al revés: ratificó su condición de peronista y admitió que "le cuesta" votar al líder del PRO -que, para colmo, a este turno electoral llega acompañado por dos espacios claramente antiperonistas: la UCR conducida por Ernesto Sanz y la Coalición Cívica de Elisa Carrió- aunque tampoco dijo que votará a Scioli. Al ex gobernador le quedaría el voto nulo o en blanco, pero tampoco dijo nada sobre esas opciones.
Jorge Sarghini. En una entrevista con 221Radio, el jefe de la bancada del Frente Renovador en la Cámara de Diputados de la provincia también se negó a decir a quién votará el 22N. Consideró que no tiene sentido revelar "posturas personales" y no consideró que los posicionamientos de los dirigentes fueran más que ello. No estimó, tampoco, que una definición clara de la dirigencia de los partidos que no llegaron al ballotage resulte importante para los electores que los apoyaron en la primera vuelta. "No somos quiénes para inducir el voto", señaló, al tiempo que negó que sea eso lo que hacen habbitualmente los dirigentes políticos. "La no continuidad la representa Macri", alcanzó a advertir, pero se negó a pedir el voto para el candidato de Cambiemos.
-Margarita Stolbizer: la titular del GEN y ex candidata a presidenta por el frente Progresistas también dio media pista al manifestar que no votará a Scioli, porque representa "la continuidad". Sin embargo, no quiso decir que apoyará a Macri -una postura que resutaría curiosa en una referente del progresismo- ni tampoco que se inclinará por el voto en blanco -patrimonio de la izquierda trotskista. Acaso a partir de esas dificultades para definir una postura clara en favor de una opción, anticipó que su espacio no adoptará un posicionamiento "común".
El socialismo. El partido conducido por el santafesino Hermes Binner notificó este jueves que no apoyará a ninguno de los dos candidatos que se enfrentarán mano a mano en el ballotage. Pero tampoco explicó qué harán sus dirigentes ni qué pretenderían que hicieran sus seguidores. Dos son las opciones que les quedan tras descartar el voto positivo por Macri o por Scioli: el voto en blanco -que, como se dijo, da muy trotskista- o el voto nulo -la alternativa que eligió Malena Galmarini.
-Antonio Bonfatti: el saliente gobernador santafesino reiteró que no le daría su voto "a la derecha". No obstante, comunicó que primará la decisión colectiva, que, según se informó hoy, es no apoyar a ningun candidato. ¿Entonces Bonfatti votará en blanco o anulará su voto? No se sabe.
-Nicolás Del Caño: el dirigente de la izquierda, la cuarta fuerza electoral según el escrutinio provisional de las elecciones del último domingo, fue el único que rompió esta lógica de los partidos y sus referentes de anunciar lo que no van a hacer y evitar decir lo que, por el contrario, van a hacer. El ex candidato a presidente por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) reiteró que Scioli y Macri son "los candidatos del ajuste" y convcó a sus militantes y a sus adherentes a votar en blanco.