A pesar de que en una visita relámpago a principios de marzo, cuando participó de un plenario organizado por Claudia Rucci, José Manuel de la Sota mantiene la línea de la discreción sobre el futuro de su espacio, que busca salir de Córdoba para ampliar el modelo de país que prefiere.
Ante la cumbre justicialista nacional, que definirá autoridades, el dirigente mediterráneo anunció que pegará el faltazo y las justificaciones giraron en torno a su relación con la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. “No voy al congreso del PJ por la discriminación que hay con los cordobeses. El Gobierno Nacional nos debe mucha plata”.
La postura inflexible tiene la justificación de que nunca pudo dialogar con la jefa de Estado, hoy abocada a mostrarse con intendentes para ayudar a todo el oficialismo para no mostrarse en soledad con los “presidenciables” del Frente Para la Victoria (FPV).
“Hoy, mi preocupación es gobernar Córdoba ¿Quién tiene más antecedentes peronistas que yo?, díganme. No voy a ir a un Congreso así”, sostuvo el mandatario -en Radio América-, quien auguró un particular futuro del país, si no cambian cuestiones de relación política. “Argentina tiene que ser un lugar donde se debe dejar de gritar, porque hay que solucionar muchos problemas”.
“Lo que alguien necesita es que alguien resuelva los temas. Si entramos en la cultura de no pelearnos, el país va a mejorar”, insistió De la Sota, que finalizó justificando, una vez más, su ausencia en el Congreso.
“Tengo un gran respeto con mis colegas (gobernadores), pero ya van a hacer dos años y medio que soy gobernador, y nunca pude hablar con la Presidenta. En estas condiciones, no voy a participar en las PASO del PJ”, concluyó.