Las demoras en la designación del empresario Noah Mamet como embajador de Estados Unidos en Argentina obedecen a cuestiones internas de Washington y no tanto, como se dice, al hecho de que nunca visitó el país o a su supuesta falta de experiencia. Así comienza un reporte proveniente de la embajada argentina que llegó al Gobierno hace tan solo algunas horas.
El periplo que vive Mamet en el Senado estadounidense, donde los republicanos le niegan el acuerdo para su destino porteño, es monitoreado en forma permanente por la embajadora Cecilia Nahón (perteneciente al grupo camporista que domina la Cancillería) quien no pasa una buena racha en Washington por los escraches que sufre en la prensa y que financias los holdouts con sus grupos de lobby.
El problema de Mamet, según la delegación argentina, es su origen. Fue uno de los grandes recaudadores para la segunda campaña presidencial de Barack Obama y esto debido a sus infinitas conexiones en el showbussines de Hollywood. Fue el responsable de que figuras tan masivas entre la juventud como Natalie Portman o Scarlett Johanson se pronunciaran a favor de la presidencia de Obama.
Esto a los republicanos les duele porque en los últimos años han visto decrecer a gran velocidad la popularidad que supieron construir entre las estrellas del cine y la TV en las décadas anteriores (uno de sus presidente más emblemáticos, Ronald Reagan, se gestó en las salas de cine).
El eje del debate es que Obama ya ha enviado a varios recaudadores de Hollywood a destinos diplomáticos y esto es lo que los republicanos ven como inaceptable. Además, entre los más duros de ese partido (el senador Marco Rubio es un ejemplo), el rechazo a Mamet se despliega como una venganza contra un mundo que se volvió hostil a su partido.
Obama nombró embajador en España al ex productor de HBO James Costos, en Alemania al también productor John Emerson y en Dinamarca al representante y RRPP Rufus Gifford.
Para colmo, el pliego de Mamet se vota en paralelo al de Colleen Bell que es el productor de comedias ligeras, al estilo Pol-ka y que también recaudó para Obama. Bell es el hombre propuesto para la embajada de Hungría.
El Gobierno desea a Mamet como embajador por su perfil liberal y un tanto menos politizado que el de su antecesora Vilma Martínez, que se acostumbró a hacer de la mansión en Avenida Libertador un hervidero de conspiraciones de alto nivel hasta su renuncia el pasado febrero.