Sergio Urribarri quema las naves para instalarse dentro del electorado nacional. Luego de recorrer distritos manejados por intendentes de peso en el conurbano bonaerense, el dirigente entrerriano llegará el lunes a la capital provincial para reunirse con uno de los jefes comunales más cuestionados en el entorno del oficialismo nacional.
Aunque el Gobernador fue al Mausoleo de Perón, se reunió en Florencio Varela con Julio Pereyra y Juan Patricio Mussi –quien lo acompañó a San Antonio de Areco–, caminó Avellaneda a la par de Jorge Ferraresi y estuvo en La Matanza con Fernando Espinoza, bajará a La Plata junto al siempre cuestionado Pablo Bruera, pesar de que la ciudad de Dardo Rocha hace tiempo perdió sintonía fina con la Rosada.
Sólo hay que recordar los días en que las agrupaciones ultra kirchneristas concentraron su fuerza en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, en los tiempos que la sociedad repudiaba cada accionar del Intendente, expuesto por el famoso mensaje en twitter que lo anunciaba en la ciudad, mientras estaba en un lujoso spa brasileño.
Ese es el territorio que lo espera. Apoyado por buena parte del núcleo duro del kirchnerismo, que lo recibe con notables gestos de acompañamiento en cada lugar que visita –se pudo observar en el acto de Luis Guillón, donde compartió escenario con Daniel Scioli–, esta vez no formará parte de un encuentro netamente K.
Un ejemplo claro se expuso el día que Cristina Fernández de Kirchner se mostró en televisión luego de una compleja intervención quirúrgica que puso en vilo a los militantes. Fastidioso por las colectoras, en una similar actitud al mandamás de Ituzaingó, Alberto Descalzo, el jefe comunal envió a su hermano Gabriel para que critique las determinaciones de habilitar listas que se acoplen a los candidatos provinciales y nacionales del FPV.
“El Frente Para la Victoria tuvo cerca de 50 listas colectoras y eso hay que revisarlo. Si hay un sistema como el de las PASO para dirimir las internas, no corresponden que existan colectoras”, le dijo el ahora concejal a este medio, en otra muestra de división y antagonismo a lo que se decide en Balcarce 50.
Pero el distanciamiento, y los momentos que complicaron el diálogo, no cesaron.
La pelea por el Mercado Central
En la tarea de implementar las sedes de la entidad, y con el mensaje de campaña de la Ola Naranja, Alberto Samid le declaró enemistad a la gestión por prohibir la apertura en la zona de la coqueta Plaza Paso.
Según el matancero, “son muchachos muy difíciles” que le pusieron todo tipo de obstáculos. Al final, en la sede del Mercado Regional, se sobrepuso la presión del titular del PJ platense y, aunque se metió de lleno en una disputa que involucra a emisarios nacionales, ganó la pulseada.
“Bruera me dijo que teníamos todo su apoyo, después empezaron a dar vueltas por la ubicación. Ahora el otro, el hermano (Gabriel Bruera) vino y me dijo que con Carrefour y Coto estaban bien”. Así explicó la situación el empresario de la Carne, antes de que se solucione el conflicto.
Con esa historia detrás, Urribarri formará parte de una serie de eventos que finalizará en un acto en el edificio de calle 54, a metros de la Gobernación, para afianzarse como alternativa a lo que Scioli promete, aunque sin la presencia de los referentes de la política “fiel” que se identifica.