Como describió Letra P en diferentes oportunidades, la Unión Cívica Radical (UCR) bonaerense atraviesa un período de transición que demuestra la falta de un líder natural, situación que repercute en el peso específico del histórico partido en el acuerdo con otras fuerzas para el denominado Frente Amplio Unen (FAU).
Además de ese problema, se sumó al conflicto los dichos de Elisa Carrió, quien deslizó las intenciones de ser candidata en la provincia de Buenos Aires en 2015. “Tengo un sueño de ser gobernadora de la provincia de Buenos Aires”, así explicó su deseo antes de aclarar que aún “no cumple los requisitos” aunque piensa en competir cuando se instale en Capilla del Señor. “Quiero ser la gobernadora, porque acá está la causa y el origen de los peores males de la Nación”.
Con el nuevo escollo oficializado, los dirigentes morados deberán atravesar una barrera más para instalar un referente con la imagen suficiente para superar la interna del FAU, y con las posibilidades de disputarle al kirchnerismo, el sciolismo y el resto de las fuerzas, la sucesión de Daniel Scioli.
Uno de los que suma adeptos, para ocupar el rol, es el actual diputado nacional Héctor “Cachi” Gutiérrez, quien le explicó a este medio el apoyo que tiene de varios intendentes del interior provincial para ser el elegido del radicalismo en la difícil tarea de ganar las PASO y llegar a los comicios generales con el envión suficiente para ser el encargado de llevar al partido a un cargo ejecutivo. “Hoy en día es muy difícil que alguien pueda sobresalir sin experiencia de gestión”. Esa fue la justificación del ex intendente de Pergamino sobre las chances concretas de llevarse –además de las primaras– el triunfo en 2015.
Otro de los ejes es la notable interna, que empieza definirse, entre Julio Cobos y Ernesto Sanz, dos de los dirigentes con mayor influencia a nivel nacional, que mantiene la división que sigue perjudicando el futuro de la UCR. Según cuentan autoridades partidarias, la clave será reorganizar la conducción para que “no sea una más”.
Todo vuelve a complicarse en un espacio disminuido por la salida de referentes con historia, legisladores y mandatarios distritales que observaron en Sergio Massa la posibilidad de continuar con fuerza en el futuro de la política provincial, hoy marcada por la campaña de la Ola Naranja.