Los entredichos entre la Provincia con los dirigentes sindicales vuelven a exponerse en la popular movilización que organiza el Frente Gremial Docente Bonaerense (FGDB), y que trae a cuestas 11 días de ausencias en las aulas, donde la preocupación en diferentes estamentos sociales y políticos por la paralización del sistema educacional es cada día más notable.
A pesar de que varios referentes se manifestaron en contra de las protestas, y que otros apoyaron los reclamos -pero reclamaron la vuelta a las aulas-, los sindicatos realizan una trascendental jornada de protesta en las calles de la capital bonaerense para finalizar en un multitudinario acto en la plaza San Martín, en las puertas de la Casa de Gobierno.
Según trascendió, y hasta algunos dirigentes gremiales remarcaron, el gobierno provincial garantizó la seguridad de los micros que se movilizaron a la ciudad de La Plata, que tiene sus principales arterias de tránsito cerradas por la protesta que comenzó en la plaza Olazábal de 7 y 38. Todo es orden, a pesar de que los mensajes tienen respuestas disímiles luego de que la gestión naranja expusiera los números de la propuesta, como lo realizó la Directora General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Nora de Lucía.
“Los chicos tienen que estar en el aula porque es el lugar que se educan y se contienen. En un gobierno de consenso y diálogo, donde más se invierte en Educación, les pedimos que estamos dispuestos a seguir trabajando desde el encuentro y no desde el desencuentro”, reconoció la funcionaria, en la misma forma que el jefe de gabinete, Alberto Pérez.
“Tomaron un camino desacertado. Quedaron encerrados y a través del diálogo vamos a recomponer lo que queremos”, había planteado al final de la semana pasada. Mucho se dice y se espera de un conflicto que tiene a mal traer a la Provincia, que a través de garantizar derechos (algo pedido por Scioli) busca una solución que parece distante.