Durante los primeros dos años de mandato de Daniel Scioli al frente del Gobierno provincial, Alberto Pérez y José Scioli compartieron Gabinete. Por aquel entonces siempre se habló de las tensiones que había entre ellos, producto de las marcadas diferencias de estilo, formas, y demás.
El punto más alto de aquellos conflictos internos entre Pepe y Alberto fue en el año 2009, en el marco de las testimoniales, donde el Gobernador tomó una fuerte decisión, como fue la de seguir la estrategia definida por el ex presidente Néstor Kirchner, a la cual se unió Pérez.
Aquella demostración de lealtad marcó un punto de inflexión en el hermano del mandatario provincial, quien al poco tiempo pegó un portazo y se fue, enojado. Quedó al margen del gobierno provincial y dos años después terminó encabezando la lista de senadores nacionales por UDESO, con Francisco De Narváez, que desembocó en un pésimo resultado electoral por la alianza con Ricardo Alfonsín.
Ese fue el primero de sus dos intentos por alcanzar una banca. El segundo, el año pasado, también con el Colorado, volviendo a fracasar, esta vez a manos del aluvión de votos de Sergio Massa en territorio bonaerense.
La cuestión es que sin cargo en el Ejecutivo, durante esta última elección no se mostró nunca explícitamente en contra de Scioli –que caminaba la Provincia apoyando a Martín Insaurralde-. En ningún momento de la campaña Pepe Scioli hizo el rol de opositor.
Cuando intensificó su recorrida por algunos de los distritos de todo el territorio, en vez de caminar con los candidatos locales, Pepe prefirió reunirse con intendentes, sin importar el partido político. Estuvo con los radicales Miguel Lunghi (Tandil) y Juan Gobbi (Chascomús), y los kirchneristas Juan Pablo de Jesús (La Costa) y José Echeverría (Balcarce).
Todo aquello desenmascaraba la misión secreta que llevaba adelante Pepe, y que tenía que ver con alejarse de De Narváez y seguir de reojo los pasos del Gobernador, de cara a 2015.
Varios meses después, el dato saliente lo marca una reunión con cena incluida en un restaurante de Capital Federal. Organizado por Alberto Pérez, Eduardo Camaño y Pepe Scioli, el encuentro -el jueves de la semana pasada- contó con más de 180 dirigentes del interior y selló la reconciliación entre el jefe de Gabinete y el hermano del Gobernador.
Una reconciliación que refuerza la estrategia del sciolismo duro, que desde el verano no temen en exteriorizar la firme intención de Scioli de luchar por la presidencia el año que viene, incluso ya recorriendo el interior del país en reuniones con gobernadores y empresarios.
Así, Pepe Scioli reconoció el rol de armador de Alberto, y Alberto reconoció el rol de hermano que además del lazo familiar, también trabajará fuertemente en seguir consolidando la candidatura de Scioli.